Lo primero que llamó la atención del conocimiento médico, fue que los infartos eran más frecuentes en invierno respecto al resto del año. Esta mayor incidencia se justificaba por el efecto vasoconstrictor del frío, ya que podría generar un aumento de las resistencias coronarias y por otra parte, un efecto protrombótico. El que estas variaciones estacionales también estuvieran presentes en zonas de clima moderado como Los Ángeles, hizo pensar que no podía estar justificado exclusivamente por las bajas temperaturas. Por otra parte, lo que no puede explicarse por este mecanismo fisiopatológico de esta supuesta relación causa-efecto entre frío y el síndrome coronario agudo, es el pico que se observa de mayor incidencia de infartos entre las navidades y el fin de año.
En un estudio publicado en 2004 en Circulation, los investigadores examinaron 53 millones de certificados de defunción estadounidenses, realizados de 1973 al año 2001. Ellos describieron una mortalidad superior de causa cardiaca y no cardiaca en invierno, de hasta un 30%, pero que era mayor en los estados del sur del país. Este hallazgo lo justifican por un mayor condicionamiento al frío de los pacientes que viven en el norte y por lo tanto más habituados al frío. Pero el hallazgo que encontraron que destaca es que el incremento de muertes de origen cardiaco fue superior en un 5% durante los periodos de vacaciones, en concreto los días de Navidad y Año Nuevo (como detalle señalar que también era superior el día de Acción de Gracias).
Otro trabajo publicado en 2008 también mostró cómo es más probable ingresar por insuficiencia cardiaca los 4 días siguientes a Navidad o Año Nuevo.
Este fenómeno de los "infartos navideños" como ya ha sido descrito, podría deberse a aspectos como:
- Cambios en la alimentación, por los efectos de la dieta grasa sobre la función endotelial y el mayor consumo de sal.
- Mayor estrés emocional, aspectos tan anecdóticos pero reales como los gastos y las facturas, hasta los efectos de las reuniones con familiares a los que no vemos habitualmente.
- Aumento en el consumo de alcohol.
- La realización de ejercicio a baja temperatura.
Sí consideramos la Navidad como un precipitante de episodios coronarios agudos o de insuficiencia cardiaca más que un causante de la enfermedad cardiovascular pero con entidad y transcendencia clínica, debemos transmitirlo a nuestros pacientes o poner las medidas adecuadas, especialmente en aquellos de mayor riesgo.
Bibliografía
- Cardiac mortality is higher around Christmas and New Year´ than and any other time: The holidays as a risk factor of death. Circulation 2004;110:3781-3788.
- Increases in Heart Failure visits after Christmas and New Year´day. Congestive Heart Failure 2008; 14 (6);307-309.