Alberto Cordero, Vicente Bertomeu-Martínez, Pilar Mazón, Juan Cosín, Enrique Galve, Iñaki Lekuona, Fernando de la Guía y José Ramón Gonzalez-Juanatey
Rev Esp Cardiol. 2012;65(8):719–725
El objetivo del estudio es analizar la actitud de los cardiólogos frente al tabaquismo en pacientes con síndrome coronario agudo (SCA). Se trata de un registro prospectivo y multicéntrico en el que el objetivo primario se definió como abstinencia de tabaco y el secundario, incidencia de muerte o infarto no fatal. Se incluyó a 715 pacientes, de los que 365 eran fumadores. Durante el seguimiento (mediana, 375 días), 110 (30,6%) pacientes recibieron algún tipo de apoyo antitabáquico (el 19,7% al alta y el 37,6% en el tercer mes); las unidades antitabáquicas y la vareniclina fueron las estrategias más empleadas. No se observaron diferencias clínicas en función de recibir apoyo antitabáquico, salvo mayor prevalencia de cardiopatía isquémica previa entre los que sí lo recibieron. En el análisis multivariable, la única variable que se asoció independientemente con recibir apoyo antitabáquico fue el antecedente de cardiopatía isquémica (odds ratio=3,16; intervalo de confianza del 95%, 1,64-6,11; p<0,01). La tasa de abstinencia de tabaco en la visita del tercer mes fue del 72,3% y al año, del 67,9%, sin diferencias en función de haber recibido algún apoyo antitabáquico. Durante el seguimiento hubo una tendencia no significativa a menor incidencia del objetivo secundario entre los fumadores que consiguieron abstenerse de tabaco (p=0,07).
Los autores concluyen que la utilización de estrategias de apoyo para el abandono del tabaquismo es baja entre los pacientes tras un síndrome coronario agudo y es más frecuente entre los pacientes con cardiopatía isquémica previa.
Comentario
Los fundamentos y el diseño del estudio ya han sido publicados previamente (figura). TABARCA es un estudio de cohortes prospectivo, multicéntrico y de extensión nacional de pacientes con SCA, diseñado y coordinado por un comité de investigadores de la Sección de Hipertensión Arterial de la Sociedad Española de Cardiología y avalado por la Agencia de Investigación de la Sociedad Española de Cardiología.
Los principales resultados de este registro muestran que la mayoría de los pacientes fumadores dados de alta tras un SCA no reciben ningún tipo de apoyo para el abandono del tabaquismo y que el éxito de estas medidas es bajo. Por otra parte, el estudio refleja una tendencia hacia mejor pronóstico de los pacientes que nunca han fumado y los fumadores que consiguen abstenerse del tabaco en el primer año tras el SCA. Datos previos de este registro habían demostrado que los pacientes fumadores que presentan un SCA tienen una media de edad 12 años inferior y una presentación clínica del SCA similar que los que nunca han fumado o los ex fumadores. El análisis del seguimiento al año ha permitido constatar que los pacientes fumadores en el momento del SCA presentan peor pronóstico en el primer año de seguimiento, aunque el estudio no tiene la potencia estadística suficiente para demostrar diferencias en eventos clínicos.
Tal y como destacan los autores, la principal limitación del estudio TABARCA podría derivarse de haber diseñado un estudio que incluyese igual número de pacientes fumadores y no fumadores, lo que pudo conllevar que los investigadores no reclutaran a todos los pacientes con SCA atendidos consecutivamente en sus centros; sin embargo, las características de la muestra y la tasa de complicaciones durante el seguimiento fueron similares a los de otras. Además, el diseño del estudio no permite excluir que existan diferencias claras entre centros o regiones que determinarían una variabilidad importante en el manejo de estos pacientes. En este aspecto, algunos de los pacientes pudieron recibir soporte antitabáquico en las unidades antitabáquicas a las que fueron remitidos; este aspecto no se recogía específicamente en el cuaderno de datos online del estudio y podría suponer una limitación para el análisis de las estrategias antitabáquicas de diferentes especialidades. Por otra parte, se trata de un estudio observacional que no permite discernir claramente la superioridad del tratamiento activo de apoyo para el abandono del tabaquismo frente a placebo, pero sí evidencia la baja tasa de utilización de estas medidas en pacientes con SCA. Además, el estudio no tuvo suficiente potencia estadística para encontrar diferencias en el objetivo secundario por el tamaño muestral, la baja incidencia de este evento y el relativamente corto periodo de seguimiento.
A pesar de todo ello, los resultados de este estudio son importantes, ya que muestran que la utilización de estrategias de apoyo para el abandono del tabaquismo de los pacientes tras un SCA es escasa; su baja tasa de éxito podría deberse a la poca experiencia en ellas y la gran dependencia de los pacientes. La tasa de abandono del tabaquismo en el primer año tras un SCA es cercana a los dos tercios, aunque hay que tener en cuenta que cerca del 15% de los pacientes que abandonan el tabaquismo en los primeros meses tras un SCA recaen durante los meses siguientes. Estos datos refuerzan la necesidad de que los cardiólogos aborden medidas estrictas para la vigilancia del tabaquismo de los pacientes tras un SCA y emprendan estrategias activas para conseguir la abstinencia completa.