Publicado en JAMA
Introducción
El uso del balón intraaórtico de contrapulsación (BIAC) aumenta la presión diastólica, lo que aumenta la perfusión coronaria y el aporte de oxígeno al miocardio, facilitando la expulsión de sangre desde el ventrículo izquierdo. Estudios previos llevados a cabo con animales sugieren que estando el ventrículo izquierdo en esta situación antes de la reperfusión en un infarto de miocardio, podría reducirse su extensión.
Objetivo del estudio
Analizar en pacientes con infarto de miocardio agudo con elevación del segmento ST, sin shock, si el uso rutinario de BIAC reduce el tamaño del infarto.
Material y métodos
Crisp-AMI es un estudio multicéntrico, prospectivo, aleatorizado en pacientes con infarto de miocardio agudo con elevación del segmento ST, sin shock. Se reclutaron dentro de las seis horas del inicio de dolor torácico. De los 337 pacientes reclutados, 161 fueron aleatorizados para recibir BIAC antes de la ICP primaria, y 176 al tratamiento estándar (ICP primaria sin el apoyo de BIAC).
La variable principal de eficacia del estudio fue el tamaño del infarto medido por RMN a los 3-5 días post-ICP. El objetivo clínico secundario fue un combinado de eventos clínicos adversos, incluyendo la muerte, reinfarto o insuficiencia cardiaca a los 30 días y a los seis meses.
Resultados
Objetivo primario
Los resultados mostraron que el tamaño del infarto no fue significativamente diferente entre los grupos de IABC y tratamiento estándar (42,1% vs 37,5%, representa el porcentaje de ventrículo izquierdo afectado).
Objetivos secundarios
A los 30 días, hemorragia grave o una transfusión se había producido en cinco (3,1%) de los pacientes IABC y tres (1,7%) de los pacientes con tratamiento estándar. Hubo complicaciones vasculares en siete pacientes del grupo de BIAC (4,3%) y en dos pacientes del grupo de tratamiento estándar (1,1%).
A los seis meses, fallecieron 3 pacientes del grupo de BIAC (1,9%) y nueve (5,2%) del grupo de tratamiento estándar.
Conclusión
El Dr. Patel, concluye que "Si bien este estudio muestra que el uso rutinario de BIAC no puede ser recomendado en el infarto, los médicos deben estar atentos para identificar a aquellos pacientes que están en riesgo de deterioro rápido y se pueden beneficiar de contrapulsación".