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Resumen
Raquel Campuzano, Teresa Arrobas y Carlos Guijarro explican el documento que persigue mejorar el control lipídico de los pacientes y la prevención de eventos ateroscleróticos. Este trabajo, de reciente publicación en diversas revistas científicas, está avalado por catorce sociedades científicas involucradas en la valoración global del riesgo cardiovascular.
Teresa Arrobas subraya el mensaje principal: “Debemos tener un perfil lipídico básico en todos los laboratorios españoles compuesto por colesterol total, triglicéridos, colesterol HDL (c-HDL), colesterol LDL (c-LDL), colesterol no-HDL y lipoproteína (a) [Lp(a)] una vez en la vida”.
Por su parte, el internista Carlos Guijarro destaca la importancia de analizar los valores según el riesgo del paciente, sin limitarse a los valores de lípidos obtenidos. Para facilitar que los pacientes y los profesionales clínicos entiendan la necesidad del tratamiento propuesto, en el documento del laboratorio se deben reflejar los valores de perfil lipídico deseable para cada paciente según su riesgo CV.
Otro punto destacable, en línea con los nuevos scores de riesgo, incide en la necesidad de controlar el colesterol no HDL, en lugar de c-LDL. “El no HDL agrupa todas las lipoproteínas consideradas proaterogénicas, un parámetro esencial para incorporar al perfil lipídico básico y estratificar bien el riesgo”, afirma Teresa. Y, como añade la cardióloga Raquel Campuzano, también se debe medir la ApoB para conocer el número de partículas, no solo la masa de colesterol.
Los tres especialistas comentan cuándo medir la Lp(a), las alertas en cuanto al riesgo lipídico del paciente que se deben informar a los clínicos desde el laboratorio en caso de valores anormales o dislipemias graves y los valores de referencia, así como la información que debería detallarse en una consulta telemática sobre lípidos realizada por un médico de Atención Primaria a un especialista para establecer una estrategia de tratamiento. “Esperamos que este consenso sirva para unificar unos mínimos del diagnóstico lipídico en los laboratorios de todo el territorio nacional y mejorar al máximo su control“, concluye la Dra. Campuzano.
