Las microvesículas circulantes (cMVs) se relacionan con la progresión de la enfermedad cardiovascular y, más concretamente, con la presentación de eventos cardiovasculares isquémicos mayores.Así lo ponen de relieve los investigadores que han presentado los resultados de su estudio en este congreso.
Para ello, han seleccionado pacientes del SAFEHEART, un estudio de cohorte prospectivo a largo plazo, abierto y multicéntrico, de seguimiento de una cohorte de personas con diagnóstico genético confirmado de hipercolesterolemia familiar (HF).
En representación de este grupo de investigadores, la Dra. Rosa Suades, del Instituto de Investigación Cardiovascular, CSIC/ICCC (Barcelona), ha resumido los principales hallazgos de este prometedor estudio, con el que se trataba de averiguar si las cMV pueden ser marcadores pronósticos para la presentación de eventos isquémicos en pacientes de alto riesgo, como son aquellos que tienen una HF.
Las microvesículas circulantes (cMV) son pequeñas partículas, liberadas al torrente sanguíneo por células activadas/apoptóticas, que ejercen funciones de comunicación intercelular. Se ha demostrado que las cMV modulan la aterotrombosis.
Elección de la HF
Para probar el posible papel predictor de las cMV se consideró apropiado estudiar a pacientes con HF. Como explica la Dra. Suades, "la existencia de activación leucocitaria y plaquetaria en pacientes de alto riesgo con hipercolesterolemia familiar, caracterizados por una exposición prolongada a altas concentraciones de colesterol LDL, indica la presencia de daño, lesión e inflamación vascular crónica, favoreciendo y amplificando un ambiente pro-inflamatorio y pro-trombótico". Además, continua, "la activación de estas células del compartimento vascular no se logra reducir por el tratamiento farmacológico estándar, por lo que los pacientes FH se encuentran desprotegidos frente a un alto riesgo de padecer un futuro evento isquémico y enfermedad cardiovascular prematura".
El estudio ha permitido observar que los pacientes FH que van a sufrir un evento cardiovascular en los próximos tres años, a pesar de estar en tratamiento preventivo con estatinas, presentan un perfil de cMVs diferencial sensible al desarrollo previo del evento isquémico. Y, más aún, se determina que el poder predictivo del conjunto de cMVs (multimarcador) derivadas de leucocitos y plaquetas activadas mejora la predicción de la escala de riesgo Framingham en pacientes de alto riesgo asintomáticos. "Estos resultados ponen en evidencia que las cMVs pueden emerger como potenciales biomarcadores pronóstico de eventos cardiovasculares", asegura la experta del Instituto de Investigación Cardiovascular.
Trascendencia clínica
La medicina cardiovascular actual no es capaz de predecir de manera adecuada qué personas tienen un mayor riesgo de sufrir un evento trombótico agudo. Por eso, desde un punto de vista clínico, el hecho de que se halle una nueva herramienta que pueda medir el grado de activación de las células vasculares y ayudar en el pronóstico de eventos cardiovasculares es de suma importancia y, además, podría suponer un avance en el descubrimiento de nuevas dianas e intervenciones terapéuticas para prevenir las enfermedades cardiovasculares, tal y como podría ser el control farmacológico del número y/o fenotipo de MV circulantes.
Con todo, la Dra. Rosa Suades se muestra cauta respecto a la incorporación de la detección de cMV como una prueba rutinaria en el manejo de personas con hipercolesterolemia familiar. Actualmente todavía subsisten limitaciones metodológicas, y se precisa de un esfuerzo a nivel internacional para la estandarización de estas técnicas. Tal y como reconoce, "antes de que la detección de cMVs se incorpore como una prueba básica en el manejo de personas con hipercolesterolemia familiar sin manifestación clínica previa, necesitamos métodos que sean capaces de tener baja variabilidad entre laboratorios, un tiempo de medida corto y bajo coste económico".
Nuevas expectativas
Esta investigación pionera abre la vía para que se realicen más estudios de validación con un mayor número de pacientes y con protocolos estandarizados para la medición de las diferentes cMVs. Así, como próxima tareas a desarrollar, la Dra. Suades apunta que "debemos comparar su valor predictivo respecto a biomarcadores tradicionales de enfermedad cardiovascular, así como su vinculación a lesiones subclínicas detectables con resonancia magnética, ecografía o tomografía computarizada y determinar así el beneficio que conllevaría su aplicación a la práctica clínica".
Es más, según la Dra. Rosa Suades, también sería recomendable la reclasificación de pacientes que están en un riesgo intermedio con los marcadores disponibles, "ya que hay un gran grupo de pacientes sin una predicción adecuada de riesgo en la actualidad que se beneficiarían de biomarcadores adicionales, como por ejemplo las cMVs".