A través de la colaboración conjunta entre asociaciones, como la American Heart Asociation y el American College of Cardiology, la SEC organiza una mesa redonda para tratar el diagnóstico, tratamiento y los nuevos paradigmas en torno a la insuficiencia cardiaca aguda.
Concretamente, durante la sesión se hablará de diagnóstico y tratamiento; ecocardiografía; resincronización cardiaca y soporte circulatorio para pacientes que precisan asistencia ventricular mecánica.
Actualmente, la situación por la que los pacientes ingresan por insuficiencia cardiaca aguda se ve agravada principalmente por eventos isquémicos (infartos), crisis hipertensivas, arritmias o problemas mecánicos y estructurales del corazón. "El diagnóstico actual en la insuficiencia cardiaca”, explica el Dr. Nicolás Manito Lorite, uno de los participantes de la mesa y jefe de la Unidad de Insuficiencia Cardiaca y Trasplante Cardiaco del Hospital Universitario de Bellvitge, “se basa en reconocer los síntomas y diagnosticar mediante los biomarcadores como los péptidos natriuréticos (el BNP y el NT-proBNP), complementado con ecocardiografías y electrocardiogramas en aquellos pacientes con fase aguda. El tratamiento de estos pacientes, actualmente basado en diuréticos vasodilatadores e inotrópicos, no ha presentado novedades significativas en cuanto a reducción de mortalidad. Sin embargo, hay expectativas de nuevos tratamientos, entre ellos la serelaxina, un fármaco que aún se encuentra en fase inicial pero con resultados esperanzadores".
El estado del paciente y la rapidez en el abordaje a su llegada al hospital determinan en gran medida su diagnóstico y tratamiento, tal y como marcan las últimas guías de IC. Es aquí donde juega un gran papel el Código ICA, que se considera en el primer documento europeo de consenso realizado conjuntamente por la Sociedad Española de Cardiología (SEC), la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) y la Sociedad Española de Medicina de Urgencia y Emergencias (SEMES) donde se introducen medidas para mejorar la atención integral del paciente con IC aguda y así evitar o minimizar el deterioro multiorgánico que puede aparecer si no se actúa precozmente. Los beneficios de la atención precoz pueden ser importantes: reducir entre un 20% y un 50% la mortalidad, los reingresos y el gasto sanitario por IC aguda.