Antecedentes
La infección de los dispositivos electrónicos cardiacos implantables (DECI) es una de las complicaciones más temidas, por la elevada morbimortalidad que lleva asociada, ocurriendo entre el 1 y 3% de los pacientes aproximadamente. Obliga en la inmensa mayoría de las ocasiones a la retirada completa del sistema y hospitalización prolongada con antibioterapia endovenosa. La mayoría de los gérmenes implicados son de la familia estafilococo, sobre todo S.Aureus y S.Epidermidis. Para su prevención, además de una estricta técnica quirúrgica aséptica, está demostrado que la administración preoperatoria de cefazolina disminuye la incidencia de esta complicación (1 hora antes del procedimiento para que se consigan niveles estables en sangre y tejidos). No obstante, en numerosos centros se realizan otras maniobras “coadyuvantes” como puede ser la irrigación con antibióticos de la bolsa, sustitución de cefazolina por vancomicina o el mantenimiento de varias dosis de antibiótico tras la intervención, sin que exista evidencia clara de su beneficio.
Resumen estudio
Estudio multicéntrico, prospectivo, con aleatorización de centros y varios crossover de tratamiento, que incluyó a más de 19.600 pacientes, seguidos durante al menos 1 año. El objetivo del estudio fue determinar si una secuencia de profilaxis antibiótica más amplia reducía el riesgo de infección del CIED en comparación con la terapia convencional con cefazolina preoperatoria. La terapia ampliada consistía en la administración preoperatoria de cefazolina y vancomicina (con el objetivo de cubrir estafilococos meticilin resistentes), lavados de la bolsa intraoperatorio con bacitracina y mantenimiento de antibioterapia oral durante 48 horas más con cefadroxilo o cefalexina. Se analizó al total de pacientes y a un grupo considerado de alto riesgo, que incluía cualquier procedimiento de revisión o recambio de generador, así como implantes de terapia de resincronización. La infección ocurrió en 99 pacientes (1,03%) que recibieron terapia convencional con cefazolina frente a 78 pacientes (0,78%) que recibieron la terapia ampliada (OR 0.77; 95% IC 0.56-1.05; p=0.10). En el subgrupo de pacientes de alto riesgo tampoco se alcanzó significación estadística. Hubo 77 infecciones (1,23%) entre los pacientes que recibieron cefazolina frente a 66 infecciones (1,01%) en el grupo con profilaxis antibiótica más amplia (OR 0.82; 95% IC 0.59-1.15; p=0.26).
Conclusiones
Aunque hubo una tendencia hacia una menor incidencia de infecciones en el grupo de pacientes que recibieron una profilaxis antibiótica más amplia, no se demostró que esta profilaxis disminuya la incidencia de infecciones del DECI. Hay que destacar que en el diseño del estudio se esperaba una mayor incidencia de infecciones, que ha podido limitar la potencia estadística para detectar diferencias entre las dos opciones de profilaxis.
Como es comentado en la editorial adjunta, a pesar de no haber objetivado beneficio con esta nueva profilaxis, se pueden sacar conclusiones valiosas. La primera de ella es que en muchos centros se siguen realizando intervenciones que no han demostrado beneficio clínico como puede ser la irrigación de la bolsa con antibióticos. Y por otro lado, que el objetivo de tener una incidencia de infecciones de <1% a un año debe ser un objetivo claro de todos los centros implantadores de CIED.
Referencia
- Krahn AD, Longtin Y, Philippon F et al. Prevention of Arrhythmia Device Infection Trial: The PADIT Trial. J Am Coll Cardiol. 2018 Dec 18;72(24):3098-3109.
- Baddour LM, DeSimone DC, Sohail MR. Interventions to Prevent CIED Infections: More or Less?. J Am Coll Cardiol. 2018 Dec 18;72(24):3110-3111.