La Sociedad Española de Cardiología (SEC) ha destacado, durante la X Reunión de la Sección de Electrofisiología y Arritmias, las principales novedades que se han producido en fibrilación auricular, el tipo de arritmia más frecuente y cuya prevalencia se duplicará en los próximos 50 años, según han señalado los expertos, debido, principalmente, a un envejecimiento progresivo y constante de la población.
Una de las principales novedades que se están tratando en el encuentro es el tratamiento de la fibrilación auricular mediante una técnica muy innovadora: la crioablación. Esta técnica consiste en la aplicación de frío en la aurícula izquierda del corazón a través de unos balones que se colocan mediante catéteres y que son capaces de destruir las zonas en las que se produce la arritmia.
Concretamente, el catéter que se introduce lleva incorporado en su extremo distal un balón de 28 milímetros de diámetro que se inserta a través de la vena femoral en el interior del corazón y se infla en la aurícula izquierda. Una vez situado en la entrada de las venas pulmonares, el balón se enfría hasta alcanzar una temperatura por debajo de los 60º bajo cero, destruyendo las zonas del corazón en las que se origina la fibrilación auricular.
La principal ventaja de esta técnica es la facilidad de su utilización y la reducción del número de complicaciones. El tratamiento dura unas tres horas, no precisa anestesia general y permite tratar de una forma más sencilla a muchos pacientes, que de otra forma tendrían que ser sometidos a intervenciones mucho más complejas.
Según el Dr. Fernando Arribas, miembro de la SEC y del Servicio de Cardiología Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, "el tratamiento habitual mediante ablación por catéter consiste en la administración de energía de radiofrecuencia a través de un catéter para quemar, punto a punto, pequeñas zonas del corazón responsables de la arritmia, lo que requiere mucha técnica y experiencia por parte de quien ejecuta la operación, mientras que nuevas técnicas, como la crioablación o la ablación PVAC, realizada con radiofrecuencia y capaz de quemar por varios puntos a la vez, se están implantando con fuerza y de forma más extensiva, ya que no requieren un entrenamiento tan prolongado".
La fibrilación auricular suplanta al ritmo normal del corazón (denominado ritmo sinusal), que pasa a ser irregular y descoordinado, y se altera la frecuencia cardíaca o velocidad del corazón, es decir, el número de veces que el corazón se contrae por minuto.
Mientras que en condiciones normales el corazón realiza entre 60 y 100 latidos por minuto, en el caso de la fibrilación auricular, las aurículas llegan a latir entre 300 y 450 latidos por minutos, resultando en una aceleración del pulso, que es variable, hasta 150 o 180 latidos por minuto, que es además irregular.
La fibrilación auricular incrementa el riesgo de embolias, produce alteración del pulso con palpitaciones e incluso puede llegar a producir fallo cardíaco e insuficiencia cardíaca. Es por esto que la primera opción de tratamiento debe ocuparse primero de controlar el riego embólico y la irregularidad del pulso.
Cabe destacar, además, que la fibrilación auricular es la arritmia que más frecuentemente requiere internación y que el envejecimiento poblacional implicará una aún mayor carga de enfermedad que se prevé que se llegue a duplicar en los próximos 50 años.
Según el Dr. Fernando Arribas, "ante una enfermedad que, por ahora, podemos curar en muy pocos casos, debemos centrarnos en que la enfermedad no avance y en mejorar los síntomas del paciente. Cuando la fibrilación auricular aparece en el contexto de otra enfermedad cardíaca es que ésta ya se encuentra en un estado avanzado y es difícil actuar. En el caso de que la fibrilación auricular se de en una persona joven, los esfuerzos deben centrarse entonces en intentar curar y en actuar sobre los factores de riesgo, ya que en la mayoría de los casos se tratará de corazones menos enfermos y la fibrilación auricular será el primer síntoma de una futura enfermedad cardíaca".
La fibrilación auricular en España
La fibrilación auricular es la arritmia cardiaca sostenida más frecuente, y tiene lugar entre un 1% y 2% de la población general. En España la padecen alrededor de 650.000 personas y, en Europa, más de 6 millones de europeos. Se calcula que su prevalencia, como mínimo, se va a doblar, en los próximos 50 años a medida que la población envejezca.
La fibrilación auricular aumenta cinco veces el riesgo de accidente cerebrovascular y uno de cada cinco accidentes cerebrovasculares se atribuye a este tipo de arritmia.
El riesgo de muerte por accidente cerebrovascular relacionado con fibrilación auricular es el doble que en otras cardiopatías, y los costes de su manejo son 1,5 veces superiores con respecto a otras patologías cardiacas.
Una de las principales complejidades de la fibrilación auricular es que puede permanecer sin diagnosticar durante mucho tiempo (es lo que se conoce como fibrilación auricular silente) y muchos pacientes con fibrilación auricular nunca llegarán a acudir al hospital. La prevalencia de la fibrilación auricular aumenta con la edad, desde el 0,5% a los 40-50 años hasta un 5%-15% a los 80 años. En general, el riesgo de sufrir fibrilación auricular a lo largo de la vida está en torno al 25% en las personas que han alcanzado la edad de 40 años.
La fibrilación auricular produce un espectro muy variable de síntomas, desde ser completamente asintomática, pasando por palpitaciones, fatiga y cansancio, opresión torácica, hasta poder desencadenar cuadros graves como insuficiencia cardiaca aguda, mareos o pérdidas de conocimiento o angina de pecho.
Además, la fibrilación auricular está asociada a una tasa aumentada de muerte, accidentes cerebrovasculares y otros episodios tromboembólicos, hospitalizaciones, pérdida de calidad de vida, capacidad reducida para el ejercicio y disfunción ventricular izquierda.