El aislamiento eléctrico de las venas pulmonares constituye un objetivo primordial en los procedimientos de ablación de la fibrilación auricular. El bloqueo de conducción bidireccional a través de líneas de ablación realizadas a nivel de la unión entre la aurícula izquierda y las venas pulmonares se asocia a unos mejores resultados clínicos a largo plazo, mientras que el bloqueo incompleto a dicho nivel no sólo se acompaña de peores resultados en cuanto a recurrencias clínicas de la arritmia tratada, sino que además constituye la base o sustrato para el desarrollo de nuevas arritmias auriculares. El desarrollo tecnológico de la técnica en los últimos años, así como la generalización del procedimiento que ha permitido una mayor experiencia de los operadores, hace posible hoy día que se pueda conseguir el aislamiento eléctrico intraprocedimiento en la inmensa mayoría de las venas abordadas mediante técnicas comunes con catéteres de radiofrecuencia. Sin embargo, desde hace casi una década, es bien sabido que uno de los problemas fundamentales cuando se aplica esta técnica es la reconexión de las venas una vez finalizado el procedimiento y en tiempo variable. El aislamiento en fase aguda de la venas pulmonares no requiere que las lesiones realizadas sean perfectamente continuas y ocasionen una necrosis transmural, sino que el edema generado puede ser un factor que contribuya al aislamiento agudo y que una vez éste se resuelve, el tejido puede volver a conducir ocasionando recurrencias clínicas pocos días o semanas después de un procedimiento cuyo objetivo técnico había sido aparentemente conseguido, lo que obliga en mucho pacientes a realizar un procedimiento adicional que identifique las zonas de conducción o reconexión para su eliminación. Por tanto, los resultados a largo plazo dependen en parte de la habilidad del operador para realizar lesiones continuas así como de la capacidad de las lesiones realizadas de ocasionar una necrosis transmural, lo que se ha visto favorecido con los catéteres de punta irrigada. En un intento de conseguir lesiones adecuadas que permitan una desconexión permanente de las venas pulmonares, se han desarrollado diversas técnicas con balones así como la aplicación de nuevas formas de energía en este sustrato como la crioablación. Una de estas técnicas prometedoras engloba ambos avances: la crioablación con balón.
El estudio de Ahmed y colaboradores, es un trabajo prospectivo en el que los autores analizan la frecuencia de reconexión de las venas pulmonares en un pequeño grupo de pacientes (n= 12) con fibrilación auricular paroxística, usando la técnica de crioablación con balón. Los autores realizan un segundo procedimiento a las 8-12 semanas en los 12 pacientes, independientemente del estado asintomático o no de los mismos, para analizar el estado de conducción de las venas tratadas, implantando un holter insertable para monitorizar recurrencias. En el procedimiento inicial consiguen el aislamiento eléctrico en el 100% de las venas tratadas (48 venas), y 42 de las 48 venas permanecen aisladas al ser evaluadas varios meses después (88%). En 3 de los 4 pacientes en los que se documentaron venas reconectadas se observaron además recurrencias clínicas de fibrilación auricular. La mayor parte de las reconexiones ocurrieron en venas inferiores izquierdas, y la región inferior de las venas fue el lugar habitual de los gaps encontrados de forma general.
Pese al limitado número de pacientes estudiado, la información aportada por este trabajo es relevante, pues de él se desprende que la crioablación con catéter no sólo es una técnica segura y eficaz en la consecución del aislamiento eléctrico de las venas pulmonares como ya ha sido puesto de manifiesto en series previas, sino que dicha reconexión pudiera ser duradera en el tiempo, lo que ayudaría a mejorar los resultados clínicos obtenidos en nuestros pacientes.
The Permanency of Pulmonary Vein Isolation Using a Balloon Cryoablation Catheter
Ahmed H et al. J Cardiovasc Electrophysiol 2010;21:731-737