Diversos ensayos clínicos aleatorizados y multicéntricos, han demostrado que aproximadamente dos tercios de los pacientes a los que se implanta un dispositivo con terapia de resincronización cardiaca responden de forma favorable a dicha terapia, observándose una mejoría en la clase funcional, un efecto favorable sobre el remodelado ventricular izquierdo y un aumento de la fracción de eyección del ventrículo izquierdo que suele estar entre el 3 y el 5%. Sin embargo, no es infrecuente observar una respuesta favorable mucho mayor en algunos de los pacientes, si bien las variables pre y post-implante que puedan ser predictoras de dicha respuesta no son bien conocidas. En términos de fracción de eyección ventricular izquierda, es interesante recordar la terminología acuñada a tal efecto de respuesta extraordinaria; así, se denominan Hiper-respondedores a los pacientes cuya fracción de eyección aumenta al menos un 20% y dicho aumento se traduce en una normalización de la fracción de eyección, mientras que el término Super-respondedor hace referencia a la misma situación pero en la que la fracción de eyección sigue estando deprimida pese al considerable incremento de la fracción de eyección. No obstante, la definición de Super-respondedor en la escasa literatura disponible es variable y en ocasiones incluye datos de clase funcional NYHA así como reducciones significativas del volumen telesistólico ventricular izquierdo, por ejemplo.
En el trabajo de Rickard y colaboradores, de la Cleveland Clinic norteamericana, los autores tratan de caracterizar a los pacientes super-respondedores así como evaluar la traducción clínica de dicho beneficio en términos de mortalidad a medio-largo plazo. Así, observan que un 13,7% (32 pacientes) de un total de 233 sujetos de la cohorte retrospectiva de sujetos analizada, son super-respondedores. Los pacientes super-respondedores eran mayoritariamente del género femenino, presentaban bloqueo de rama izquierda primario previo al implante, tenían unos menores volúmenes ventriculares izquierdos y menores valores de péptido natriurético cerebral pre-implante. Es interesante destacar que el tiempo medio del ecocardiograma post-implante fue de 11,6 ± 9 meses. El análisis demuestra igualmente una tendencia a la asociación entre la miocardiopatía no isquémica y los super-respondedores, al igual que las posiciones medioventriculares del electrodo de ventrículo izquierdo, y la existencia de unos complejos QRS estimulados más estrechos tras el implante. El bloqueo de rama izquierda primario fue la única variable asociada significativamente con el perfil de super-respondedor. En términos de mortalidad, ésta fue menor en el subgrupo de super-respondedores respecto al resto de la cohorte analizada (9,4% vs. 43,2%) durante un seguimiento medio de algo más de 5 años.
Pese a las limitaciones del presente trabajo, especialmente por su carácter retrospectivo y número de pacientes analizados, los datos del mismo confluyen en la misma idea resultante de otros estudios en pacientes con terapia de resincronización cardiaca, y es que el beneficio de la terapia pudiera ser mayor cuando el implante se realiza en fases no avanzadas de la miocardiopatía, especialmente en el caso de pacientes con trastorno de conducción eléctrica y un remodelado ventricular no excesivo.
Characterization of Super-response to Cardiac Resynchronization Therapy
Rickard J et al. Heart Rhythm 2010;7:885-889