La creciente prevalencia de FA asociada al envejecimiento de la población y su presentación con frecuencia asintomática, hacen que haya aumentado en los últimos años el interés y las recomendaciones acerca de su búsqueda activa por diferentes métodos. Entre ellos, la monitorización del ritmo cardiaco a través de los teléfonos móviles inteligentes es una realidad hoy en día, aportando el presente trabajo la novedad de la mecanocardiografía.
A pesar de haber sido publicado sólo como una carta científica, la novedad del abordaje y el marcado interés actual en la búsqueda activa de FA por diferentes métodos de despistaje hace el presente trabajo adecuado para un comentario en nuestro blog. Los teléfonos móviles son ubicuos en nuestro mundo hoy en día (más de 5000 millones de usuarios móviles en el mundo actualmente, con más de 2000 millones de teléfonos inteligentes, lo que supone más del 66% de la población global; en España, más del 88% de la población tiene un teléfono móvil, con presencia creciente de los teléfonos inteligentes, llegando a ser el país con más número de smartphones por habitante del mundo según algunas estadísticas). Estas cifras no dejan de crecer, inclusive entre los pacientes más ancianos y países del tercer mundo, ofreciendo así una oportunidad única para el despistaje de FA de forma coste-efectiva. Los teléfonos móviles inteligentes modernos contienen acelerómetros y giroscopios como componentes estándar, que pueden ser empleados para grabar la actividad mecánica cardiaca - mecanocardiografía (los autores ya demostraron la validez de dicho abordaje en una experiencia previa en 39 pacientes).
En el presente trabajo los autores validan la detección de FA mediante mecanocardiografía incorporada en el móvil inteligente, comparándolo con la interpretación de registros electrocardiográficos de telemetría en pacientes hospitalizados. Se trata de un estudio caso-control, con 150 pacientes consecutivos con FA pareados con 150 pacientes en ritmo sinusal ajustados por edad y sexo. El estudio se llevó a cabo en la unidad de medicina interna del Hospital Universitario Turku, en Finlandia, entre abril y septiembre de 2017. La grabación de mecanocardiografía de 3 minutos se llevó a cabo con un Sony Xperia colocado en el esternón, mientras que simultáneamente se registraba una telemetría de 5 derivaciones mediante grabadoras Philips IntelliVue. La clasificación electrocardiográfica del ritmo fue confirmada por 2 cardiólogos independientes, con un tercero para desempatar en caso de interpretaciones divergentes. Las grabaciones de mecanocardiografía se analizaron mediante un algoritmo predesarrollado por investigadores ciegos al ritmo subyacente. Los dados fueron preprocesados mediante un filtro paso banda para eliminar ruido y desviaciones. A continuación, el algoritmo examina cada uno de los 6 ejes de datos de la señal, con ventanas de 5 segs de autocorrelación en busca de evidencia de intervalos constantes latido a latido. Finalmente, para clasificar el ritmo como sinusal o FA, se evalúa la cuota de segmentos de señal con regularidad.
La edad media de los pacientes fue de 74,8 años, un 44% mujeres. El algoritmo de mecanocardiografía clasificó correctamente la FA en 143 de 150 casos y el ritmo sinusal en 144 de 150 controles. De los 6 casos incorrectamente clasificados como FA, 4 presentaban una arritmia sinusal significativa (no se encontró una causa potencial para el error de clasificación en los otros 2). Por tanto, la sensibilidad fue del 95,3% (IC 95% 90,6-98,1) y la especificidad del 96% (IC 95% 91,5-98,5). El valor predictivo positivo fue del 96% y negativo del 95,4%. Reduciendo la duración de grabación analizada a 60 segs la sensibilidad y efectividad no se vieron afectadas. Un coeficiente K no ponderado de 0,913 (IC 95% 0,866-0,960) indica una casi perfecta concordancia en la clasificación de ritmo entre el algoritmo de mecanocardiografía y la interpretación visual de los registros ECG de telemetría. Comparativamente con los sujetos con un resultado verdadero-negativo, aquellos con un falso positivo presentaban un contaje mayor de extrasistolia ventricular (p=0,011), historia de insuficiencia cardiaca (p=0,006), y edema de pulmón en la Rx Tórax (p=0,006).
Los autores concluyen que la mecanocardiografía a través del móvil inteligente discriminó de forma precisa la FA del ritmo sinusal en una cohorte amplia y clínicamente relevante. Ellos mismos apuntan los recientes datos publicados con el dispositivo Kardia de AliveCor (Circulation 2017;135:110–112), un grabador electrocardiográfico de una derivación conectado al teléfono, con una sensibilidad y especificidad reportadas del 67 y 99% respectivamente en una cohorte de pacientes en atención primaria. Si bien una clara ventaja de los grabadores electrocardiográficos “de mano” es la posibilidad de interpretación posterior de los trazados por un médico, también es cierto que la calidad del registro ECG de una sola derivación no siempre es suficiente para el diagnóstico certero y de certeza de FA. Similar a la mecanocardiografía, la detección de FA mediante el empleo de fotopletismografía incorporada en el móvil ofrece sensibilidades y especificidades del 95% en una reciente publicación (Europace. 2017;19:753–757), pero ofrece la desventaja de requerir mantener el dedo contra la cámara del móvil de forma estática, con periodos de grabación prolongados de hasta 5 min para grabaciones fiables, lo que no siempre es factible para pacientes añosos.
Así pues, la mecanocardiografía, con tecnología ya disponible en nuestros móviles inteligentes, permite detectar FA de forma fiable sin necesidad de hardware añadido, constituyendo así una potencial nueva herramienta de fácil manejo y accesibilidad para el despistaje de FA
En el documento de consenso de múltiples sociedades (EHRA, HRS, APHRS y SOLAECE) recientemente publicado (Europace (2017) 19, 1589–1623), a pesar de no recoger específicamente la tecnología referida, sí nos recuerdan que la grabación instantánea de un episodio no nos aporta información acerca de la duración y carga de FA que pueden ser necesarias para valorar el riesgo de embolismo y guiar la necesidad de anticoagulación, o para valorar la eficacia del tratamiento iniciado, que sólo pueden llevarse a cabo mediante sistemas de monitorización continua.
Recordar finalmente que detectar no es equivalente, necesariamente, a actuar (anticoagulación, antiarrítmicos, ablación,…) y que las guías siguen recordándonos la necesidad de confirmar electrocardiográficamente la FA antes de plantear el tratamiento anticoagulante.
Mobile Phone Detection of Atrial Fibrillation With Mechanocardiography. The MODE-AF Study (Mobile Phone Detection of Atrial Fibrillation)
J Jaakkola et al. Circulation, 2018;137 published ahead of print (DOI: 10.1161/CIRCULATIONAHA.117.032804)