Medir los resultados de la asistencia en cardiología y cirugía cardiaca a partir de unos indicadores centinela permite identificar pautas de mejora y encaminar la práctica clínica hacia la excelencia. Es lo que persigue el documento de consenso protagonista del congreso: INCARDIO (Indicadores de Calidad en Unidades Asistenciales del Área del Corazón), una iniciativa de la SEC y de la Sociedad Española de Cirugía Torácica-Cardiovascular (SECTCV).
La calidad asistencial en cardiología se puede medir de muchas maneras, por la dotación de los hospitales, por la infraestructura, por el número de hospitales... "pero la recomendación de INCARDIO es medirla por los resultados de la asistencia, esto es, la mortalidad y la supervivencia en patologías muy concretas y prevalentes, en cuya atención puede existir inequidad entre las comunidades autónomas o entre diferentes hospitales de la misma comunidad”, señala el primer firmante de este documento de consenso, el Dr. José Luis López Sendón, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario La Paz de Madrid. Convencido de que solo midiendo los resultados se logra mejorar la calidad de la asistencia, explica que “este proyecto viene a sentar unos estándares de referencia para que cada hospital pueda evaluar su situación y mejorar la calidad de sus actuaciones médicas".
En concreto, INCARDIO se centra en ocho áreas principales: cardiología clínica, imagen cardiaca, cuados cardiacos agudos, cardiología intervencionista, electrofisiología y arritmias, insuficiencia cardiaca, rehabilitación cardiaca y cirugía cardiaca (específicamente mortalidad de la primera cirugía de sustitución valvular, aórtica o mitral, y mortalidad de la primera cirugía de bypass).
Entre los principales indicadores, cabe destacar que INCARDIO recomienda que haya Unidades de Críticos Cardiológicos con responsabilidad directa de cardiólogos en hospitales con un área mayor de 300.000 habitantes, así como cardiólogos presentes las 24 horas los 365 días del año. También propone programas de angioplastia primaria para hospitales con áreas mayores de 300.000 habitantes que estén alejados de otros hospitales con un programa ya establecido.
En cirugías mayores, INCARDIO señala que el volumen de extracorpóreas debería ser mayor de 500 intervenciones por año, y también establece un número de angioplastias mínimo por hemodinamista.
En cuanto a los objetivos de mortalidad, el Dr. López-Sendón recuerda que en cardiología "se ha avanzado mucho, se ha mejorado la supervivencia, pero sigue habiendo diferencias entre los distintos hospitales y entre las distintas comunidades autónomas, como ya puso de manifiesto el programa RECALCAR en el contexto del infarto agudo de miocardio con elevación de ST, y en mortalidad global en cirugía cardiaca". En este sentido, INCARDIO marca que la mortalidad del IAM con elevación de ST debería ser inferior al 5%; en síndrome coronario agudo sin elevación del segmento ST, la recomendación es inferior al 3%, en la implantación percutánea de prótesis aórticas, de prótesis mitrales o bypass, mortalidad inferior al 3%.
"El impacto que puede tener INCARDIO es muy importante porque indica los parámetros que hay que examinar en patologías muy prevalentes. El documento está revisado por varias consejerías de Sanidad y por el Ministerio de Sanidad" enfatiza el doctor, concluyendo que esta iniciativa responde a dos aspectos fundamentales: "Las enfermedades cardiovasculares todavía son la causa de muerte más importante en este país, por lo que lograr reducir la mortalidad sigue siendo un objetivo prioritario. Además, el usuario tiene derecho a saber cuáles son los resultados en cada comunidad autónoma y en cada hospital, y el aspecto más importante es que los hospitales podrán comparar sus resultados con el resto, para identificar mejor sus puntos débiles".