Una estrecha y fluida colaboración entre la atención primaria (AP) y cardiología no solo permite optimizar el resultado clínico, sino que también redunda en la mejora global de la calidad asistencial y la sostenibilidad del sistema sanitario. A pesar de que esta relación se ha fortalecido sensiblemente en los últimos años, hay mucho margen para seguir avanzando. Un encuentro de expertos, basado en casos clínicos, desvela áreas de confluencia y, sobre todo, posibilidades de mejora.
Esta sesión se plantea como un encuentro eminentemente práctico y didáctico, asentado en casos clínicos, la valoración de situaciones reales y el debate sobre la toma habitual de decisiones clínicas basadas en la evidencia científica y la experiencia.
Para el Dr. Domingo Marzal Martín, comoderador de esta sesión y jefe del Servicio de Cardiología del Complejo Hospitalario de Mérida, "la colaboración entre AP y cardiología se puede mejorar en dos aspectos fundamentales: el desarrollo e implementación de protocolos comunes, así como la mejora de las vías de comunicación y la formación continuada a través de las nuevas tecnologías".
Reparto lógico de papeles
La base del éxito de esta colaboración depende también, en gran parte, del correcto reparto y asunción de tareas. Tal y como expone el Dr. Domingo Marzal, "el seguimiento debe realizarse en el ámbito de la AP, dada la prevalencia de las enfermedades cardiovasculares, su tendencia a la cronicidad y el tipo de seguimiento que requieren". Por su parte, añade, "el papel del especialista en cardiología está en el seguimiento de pacientes complejos, el estudio inicial de los mismos, la realización de exploraciones que no pueden realizarse en el ámbito de la atención primaria y la asistencia ante descompensaciones o variaciones relevantes en la situación clínica".