La muerte súbita de origen cardiaco es una causa frecuente de fallecimiento prematuro en nuestra sociedad; un elevado porcentaje de estas muertes, sobre todo en menores de 35 años, son de base genética y, por lo tanto, de herencia familiar. La causa de la muerte de un individuo joven fallecido súbitamente queda sin resolver en casi un 50% de los casos en los que se realiza una autopsia completa. Aunque los estudios genéticos convencionales tienen una tasa de éxito elevada a la hora de identificar los factores implicados en este evento, aún quedan muchos casos sin resolver; esto es debido, en parte, a otro tipo de alteraciones genéticas poco estudiadas hasta la fecha. Un sugerente estudio, presentado como póster en este congreso por Óscar Campuzano y cols., ha evaluado genéticamente casos de muerte súbita sin causa concluyente de fallecimiento tras autopsia. En estos casos, se sospecha de patologías cardiacas arrítmicas como la causa de la muerte súbita.
Según los autores, gracias a este trabajo se avanza en la identificación de las causas de la muerte súbita en algunos de los casos que quedaban sin resolver con el análisis genético convencional. "Creemos que en los casos de muerte súbita donde la autopsia no determina la causa del fallecimiento, el estudio genético puede identificar la mutación patogénica responsable", concluye Óscar Campuzano, investigador post-doctoral en el Centro de Genética Cardiovascular/Gencardio y profesor asociado de la Facultad de Medicina de Girona. A su juicio, "a día de hoy la genética es una herramienta más que ayuda al cardiólogo en el diagnóstico clínico, y para nosotros es un recurso clave en el diagnóstico familiar de patologías causantes de muerte súbita".
Nuevas herramientas, mejores resultados
Gracias al avance de las nuevas tecnologías de ultrasecuenciación (Next Generation Sequencing, NGS), está siendo posible desarrollar análisis genéticos más rápidos, sencillos y baratos. "En nuestro grupo, en colaboración con Gendiag-FerrerIncode, hemos desarrollado una herramienta de análisis bioinformático que nos permite identificar estas variaciones en el número de copias sin utilizar las técnicas convencionales", destaca el Dr. Campuzano.
Partiendo de esta tecnología, se han estudiado 29 casos menores de 15 años que no mostraban causa concluyente de muerte después de una autopsia exhaustiva. En casos con ADN de baja calidad se realizó un análisis genético de los 7 genes principales asociados con la muerte súbita cardiaca utilizando la tecnología convencional Sanger, mientras que en los casos donde el ADN extraído fue de buena calidad se realizó un análisis genético de 55 genes mayoritarios asociados con la muerte súbita cardiaca utilizando la tecnología de ultrasecuenciación. Se identificaron 35 variantes genéticas potencialmente patogénicas en 12 de los casos.
La respuesta está (muchas veces) en los genes
En estos momentos se estima que hay descritos alrededor de unos 100 genes que causan alguna patología cardiaca que puede dar lugar a una muerte súbita. De estos, como informa el Dr. Óscar Campuzano, "unos 60 genes se asocian a patologías estructurales (cardiomiopatías), mientras que los 40 genes restantes dan lugar a patologías arrítmicas en corazones estructuralmente normales (canalopatías)".
Algunos de estos genes incluso se han correlacionado con más de un tipo de patología, como por ejemplo el gen SCN5A, uno de los más comunes; así, se ha verificado que mutaciones patogénicas en este gen pueden dar lugar a síndrome de Brugada, síndrome de QT largo o cardiomiopatía dilatada, entre otras enfermedades.