Asegurar una buena adherencia al tratamiento, ya sea farmacológico o no, es uno de los principales objetivos para garantizar un adecuado manejo del paciente cardiovascular. Sin embargo, como sucede con todas las enfermedades crónicas, el cumplimiento de los pacientes no siempre se ajusta a lo deseable. Superar este déficit es tarea de todos, un cometido multidisciplinar en el que se requiere también la corresponsabilidad del paciente y en el que tiene un papel trascendental Enfermería, como se pone de relieve en un curso que se celebra en este congreso.
Según destaca Carmen Bermejo, que modera este curso y que trabaja como enfermera clínica del área de Cardiología del Hospital Clínico de Salamanca, “es un tema importante y pertinente para la continuidad de los cuidados de los enfermos cardiovasculares”. Y es que, como asegura, “en el caso de las patologías cardiovasculares es fundamental la continuidad de los tratamientos y la modificación de hábitos de conducta poco saludables, como el sedentarismo, la alimentación inapropiada, el tabaquismo…donde Enfermería tiene mucho que aportar”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la adherencia al tratamiento como el seguimiento que hace el paciente de las recomendaciones dadas por el profesional de la salud en la toma de los medicamentos, la dieta y la introducción de los cambios en sus estilos de vida. Sin embargo, “todos sabemos lo difícil que es cambiar los hábitos, de ahí la necesidad de que los profesionales sanitarios, y las enfermeras como tal, estemos preparados y concienciados para afrontar esta tarea”, indica Carmen Bermejo, que pertenece al comité científico de la Asociación Española de Enfermería en Cardiología (AEEC).
El reto de la adherencia
Actualmente, se asume que la falta de adherencia al tratamiento farmacológico y no farmacológico es un problema prevalente y relevante en la práctica clínica, especialmente en el tratamiento de enfermedades crónicas, Se estima que de un 20 a un 50% de los pacientes no toma los medicamentos según la prescripción médica.
La OMS considera que en las enfermedades crónicas la falta de adherencia es un tema prioritario, por las consecuencias negativas que produce: fracasos terapéuticos, aumento de hospitalizaciones, incremento del gasto sanitario. Esta misma organización plantea la mejora de la adherencia
terapéutica como una de las más importantes estrategias para hacer frente de forma eficaz a las enfermedades crónicas, y también reconoce el papel de Enfermería en este ámbito: “los enfermeros pueden jugar un papel importante en las intervenciones dirigidas a los pacientes, a través de la educación y facilitando la adherencia a los tratamientos”. Como añade Carmen Bermejo, “la educación para la salud es una responsabilidad de los profesionales de la salud y una labor específica de Enfermería”.
Mucho por hacer
La decisión de tomar una medicación y continuar tomándola es un comportamiento complejo, y de ahí que la guía NICE4 considere importante sensibilizar a los profesionales en diversas cuestiones. Por ejemplo, recomienda tener en cuenta su deseo de minimizar la cantidad de medicación que toman, preguntarles por sus inquietudes acerca de los efectos adversos, discutir con el paciente sobre cómo incorporar la toma de medicación a su rutina diaria, etc.
Para la coordinadora de este curso, “es fundamental colaborar de manera multidisciplinar, establecer una buena relación clínica entre el paciente y el profesional de la salud; además, es indispensable la coordinación entre Atención Primaria y Especializada”. Según Carmen Bermejo, “hay mucho por hacer”.
Entre estas tareas a desarrollar, se apuesta por fomentar entre el propio personal sanitario la sensibilización sobre prevención y detección de la falta de adherencia. También se aconseja realizar valoraciones de la adherencia de forma programada, con las escalas validadas. Igualmente, se aconseja analizar las causas que provocan la falta de adherencia en cada caso, lo que permitirá seleccionar las estrategias apropiadas para cada paciente.
Para todo ello, Carmen Bermejo asegura que “se necesita un soporte básico, como es la Consulta de Enfermería Especializada para pacientes crónicos con patología cardiovascular, que permita la puesta en marcha de los programas de salud, de seguimiento de las enfermedades crónicas, de Educación para la Salud y de adherencia al tratamiento”.
En este contexto, el coaching es una herramienta que propone una estrategia para el abordaje de los problemas de los pacientes crónicos difíciles de ayudar. “Ofrece un modelo proactivo más centrado en la reflexión de los valores y necesidades de los pacientes, potencia la deliberación y la autonomía, fomentando un papel más activo en su enfermedad”, argumenta Carmen Bermejo, quien advierte que “la información, por sí sola, no es una garantía de que el paciente cumpla el tratamiento: cuando nos empeñamos en promover el cambio con nuestro conocimiento, ignorando la variabilidad de los pacientes, estamos condenados a la más absoluta frustración, al no lograr nuestro objetivo”.