Rodeada de verdes colinas, Bilbao es la villa más moderna del País Vasco y ha sabido combinar la cultura vasca tradicional con el diseño. A continuación te recomendamos algunas visitas imprescindibles para conocer mejor esta hermosa ciudad.
La ría de Bilbao nos acompañará en todo el recorrido, divide la ciudad en dos partes muy diferenciadas: en el margen derecho, el Casco Viejo y en el izquierdo, el Ensanche. Es muy recomendable un paseo en alguno de los diferentes barcos turísticos que la recorren, lo que nos permitirá ver en una sola excursión algunos de los enclaves más emblemáticos de la ciudad.
La principal y la más conocida atracción de la ciudad es el Museo Guggenheim, situado en el margen izquierdo de la ría. Este singular espacio diseñado por Frank Gehry y que acaba de cumplir su mayoría de edad, se ha convertido en una de las estructuras de arquitectura contemporánea más importantes del mundo. Además de su excepcional colección permanente, el museo ofrece siempre varias exposiciones temporales y la propia visita al edificio es ya una experiencia que no te puedes perder. Asimismo, desde el Palacio Euskalduna hasta el Ayuntamiento se disfruta de un agradable paseo por la zona conocida como Abandoibarra, para visitar la famosa “araña” que no se puede dejar de admirar.
En la plaza situada enfrente del museo se encuentra otro de los nuevos iconos de la ciudad, una enorme escultura en forma de perro que está cubierta completamente por flores frescas. Los ciudadanos están encantados con su mascota, “Puppy”, y les gusta explicar que el edificio que está detrás del perro es su original caseta.
La siguiente parada es el casco viejo de la ciudad, comúnmente conocido como “Las siete calles” porque estas eran las calles que conformaban el poblado medieval original. Se trata de la zona más animada y pintoresca de la ciudad, ideal para pasear y perderse por sus calles y parar, después, para tomar unos pintxos en la Plaza Nueva tras visitar la Iglesia Catedral de Bilbao, consagrada al Apóstol Santiago.
Ubicado al sur del Casco Viejo, junto al río, se encuentra el Mercado de la Ribera que con sus 10.000 metros cuadrados es el mayor mercado cubierto de Europa. Aunque desde el siglo XIV siempre ha habido un mercado en esta ubicación, el edificio actual data de 1929 y con su estilo art-decó fue uno de los más modernos de su tiempo. Se caracteriza por un espacio interior abierto y por las grandes vidrieras que filtran gran cantidad de luz hacia el interior. Junto al mercado se encuentran la iglesia y el Puente de San Antón.
El Ensanche es otro de los barrios que no te puedes perder si quieres ir de compras por las más exclusivas tiendas o disfrutar de las delicias de los restaurantes más afamados. Se trata de la zona de negocios de la ciudad y su área más cosmopolita. Entre sus calles se incluye una de las más afamadas, la Gran Vía Don Diego López, más conocida como la Gran Vía. Aquí se encuentran algunos de los edificios residenciales, institucionales y comerciales más importantes de la ciudad.
Otro de los edificios representativos de Bilbao es La Alhóndiga que en la actualidad es un centro cultural y de ocio con una gran variedad de ofertas, un uso muy distinto al inicial, ya que, en el pasado, sus 43.000 metros cuadrados fueron utilizados como el almacén de vino de Bilbao hasta 1970, cuando fue construido un nuevo almacén y la Alhóndiga quedó abandonada. El edificio fue decayendo hasta que se renovó a finales de los 90. El diseñador francés Philippe Starck fue el responsable del diseño de todos los detalles del complejo. Hoy en día, solo la fachada original de principios del siglo XIX se mantiene en pie. El estilo clásico del exterior contrasta con el espacio interior completamente nuevo. Destacan las 43 columnas del interior, cada una de ellas con un estilo único, y la piscina con fondo de cristal visible desde la planta baja.
El Museo de Bellas Artes de Bilbao, situado en una esquina del parque de Doña Casilda, es uno de los museos más importantes de España. Alberga una impresionante colección de más de 10.000 obras de arte, desde el siglo XIII hasta la actualidad. La colección contiene obras españolas, belgas, italianas y holandesas, además de una amplia selección de obras de artistas vascos. El Museo de Bellas Artes original se unió al Museo de Arte Moderno en 1945. En ese año, el edificio “viejo” del complejo actual fue construido en estilo neoclásico. Con el paso de los años, el edificio se fue quedando pequeño y en 1970 terminó la construcción del edificio “nuevo”. Este segundo edificio, influenciado por la arquitectura de Mies van der Rohe, contrasta con el primero, lo que crea una interesante mezcla arquitectónica.
Otra de las referencias arquitectónicas de la ciudad es el Teatro Campos Elíseos, que visto desde el exterior parece pertenecer a una ciudad del sur de España o, incluso, a algún país de Oriente Medio. Debido a un ataque terrorista que en 1978 destrozó parte del interior unido a varios casos de mala gestión del edificio, llevaron a forzar el cierre del teatro en múltiples ocasiones, por lo que el edificio fue deteriorándose con los años, hasta que en 1991 el Ayuntamiento de Bilbao lo adquirió y se empezó su rehabilitación que finalizó en 2010. En la actualidad, se trata del teatro más avanzado tecnológicamente de España y alberga, además, un centro de formación artístico y tecnológico. La SGAE (Sociedad General de Autores y Editores) se encuentra a cargo del teatro y opera las producciones y eventos.
La Virgen de Begoña, llamada por los bilbaínos “amatxo”, que significa mamá en euskera, es la más venerada de Bilbao. Si se dispone de tiempo recomendamos la visita a la bonita basílica que lleva su nombre y que está localizada en una de las colinas que rodean la ciudad. Su fachada renacentista se caracteriza por el impresionante arco de la entrada principal.
Para finalizar con nuestra lista de recomendaciones y para disfrutar de las mejores vistas de la ciudad desde un lugar privilegiado, sugerimos visitar el mirador de Artxanda a través del Funicular, desde el que divisaremos el Casco Viejo, el Guggenheim, la Torre Iberdrola y las colinas que rodean el centro de la ciudad. En el mirador, hay un pequeño parque en el que destacan dos esculturas. Una de ellas es un engranaje gigantesco de la estructura original del funicular y la otra es una huella enorme titulada “Huella Dactilar” y diseñada por Juan José Novella en honor a las víctimas de la Guerra Civil Española. Se puede llegar allí a pie o conduciendo, pero la manera más sencilla de hacerlo es utilizar el funicular que se encuentra en la Plaza del Funicular, muy cerca del Puente Zubizuri, diseñado por Santiago Calatrava.
Moverse por la ciudad en transporte público es fácil, tanto a pie, como en tranvía y autobús, sin embargo, recomendamos un paseo en metro, que fue diseñado por Sir Norman Foster. Construido principalmente de hormigón, acero y cristal, tiene una apariencia un tanto futurista, lo cual es sorprendente porque fue diseñado en 1988. Al metro se accede a través de estructuras de cristal curvadas a las que los vecinos de Bilbao llaman "fosteritos" en honor a su arquitecto.