Para la comunidad cardiológica, hasta no hace mucho tiempo y en concordancia con la población general, el problema del síndrome de apnea del sueño se circunscribía a la relación del síndrome con el mayor riesgo de sufrir accidentes de tráfico, fruto de la somnolencia diurna que representa el síntoma cardinal del síndrome. Pero a día de hoy, sin embargo, la comunidad científica acepta que el principal problema del síndrome de apnea obstructiva del sueño es su asociación a las enfermedades cardiovasculares.
Gami AS et al (N Engl J Med 2005:352:1206-14), describieron cómo en sujetos que presentan una muerte súbita de causa cardiaca y que no presentaban apnea obstructiva del sueño, la muerte súbita acontecía de forma más habitual en el periodo de vulnerabilidad de la población general que muere por esta causa, es decir en las primeras horas de la mañana, donde se produce una mayor activación simpática. Por el contrario, en los sujetos con apnea obstructiva del sueño, más de la mitad de las muertes súbitas ocurrían durante las horas de sueño. Por tanto, este trabajo nos puso en la pista de que la apnea obstructiva del sueño cambia el patrón temporal de la muerte, pero seguimos sin saber si realmente la apnea obstructiva del sueño aumenta el riesgo de muerte súbita de origen cardiaco. Posteriormente, en un subestudio del estudio MADIT II, los autores analizaron la influencia de la obesidad en cuanto a presentar terapias apropiadas del dispositivo, y concluyeron que la obesidad se asociaba a un mayor número de éstas. La frecuente asociación entre apnea obstructiva del sueño y obesidad, dejaba abierta la puerta a la hipótesis de que la influencia de la apnea obstructiva del sueño pudiera estar influenciando los resultados en muchos de los pacientes estudiados. En ausencia de datos de sueño en este estudio, los autores analizaron el patrón temporal circadiano de las terapias en esta subpoblación de sujetos del estudio y observaron como las arritmias en los sujetos obesos ocurrieron más frecuentemente durante las horas de sueño, lo que aumentaba la sospecha inicial (Pietrasik and Arias MA. J Cardiovasc Electrophysiol 2007;18:e19-20). El estudio de Zeidan-Shwiri T et al, supone un paso más en esta hipótesis. Este es un trabajo prospectivo en 45 sujetos portadores de desfibrilador representativos de esta población de pacientes con las indicaciones habituales en la práctica clínica (60% con miocardiopatía isquémica y 56% con indicación de prevención secundaria), en los que además se realizó un estudio de sueño. En los sujetos con mayor gravedad del síndrome de apnea obstructiva del sueño, la concentración de eventos fue muy superior en las horas de sueño. Además, los sujetos con el síndrome de apnea obstructiva del sueño presentaron de forma global un mayor número de terapias del desfibrilador implantable por arritmias ventriculares, pero exclusivamente a expensas de las ocurridas en el periodo de sueño. Los resultados de este trabajo abren la puerta a futuros estudios a gran escala, prospectivos y aleatorizados, que valoren el papel real del síndrome de apnea obstructiva del sueño y su tratamiento en la carga arrítmica y el pronóstico de pacientes con alto riesgo de presentar arritmias ventriculares malignas.
Circadian Pattern of Life-Threatening Ventricular Arrhythmia in Patients with Sleep-Disordered Breathing and Implantable Cardioverter-Defibrillators
Zeidan-Shwiri T et al. Heart Rhythm 2011;8:657-662.