En pacientes portadores de desfibriladores implantables, una adecuada programación del dispositivo muy ceñida a las características propias de cada paciente, en cuanto a su historia de cardiopatía, necesidad de estimulación, arritmias previas etc, permite minimizar la necesidad de terapias del desfibrilador que en muchos casos son inapropiadas o innecesarias.
Sin embargo, como es bien conocido, la necesidad de intervenciones terapéuticas del dispositivo, bien en forma de terapia antitaquicardia de estimulación o bien con choques eléctricos, representa un problema frecuente en pacientes con episodios de arritmias ventriculares sostenidas, en los que los fármacos antiarrítmicos juegan un papel primordial a la hora de intentar reducir o eliminar la carga arrítmica. Fármacos como el sotalol y otros betabloqueantes, el azimilide, la amiodarona, o combinaciones de éstos, se han ensayado como forma de control efectiva del problema con variados resultados, si bien la combinación de amiodarona con beta-bloqueantes resulta en términos generales la más efectiva. Sin embargo, los frecuentes efectos indeseables de la amiodarona obligan a retirar el fármaco en numerosas ocasiones, lo que hace que pese a su magnífico potencial antiarrítmico, la búsqueda de nuevos fármacos antiarrítmicos continúe.
La celivarona es un nuevo fármaco estructuralmente muy similar a la amiodarona pero sin presencia de yodo en su composición, lo que evitaría potencialmente muchos de los efectos indeseables de toxidad extracardiaca propios de la amiodarona. Presenta un mecanismo de acción multifactorial que ha sido demostrado en estudios preclínicos, consistente en el bloqueo de varias corrientes de potasio, de calcio tipo L y sodio, inhibición de la respuesta adrenérgica y de la angiotensina II, alargando así el ciclo sinusal y el intervalo AH de forma dosis dependiente, sin alterar el intervalo HV o el QTc.
El presente estudio, denominado ICARIOS, es un ensayo clínico de fase II diseñado para evaluar la eficacia y seguridad de la celivarona en pacientes portadores de un desfibrilador implantable con historia previa de terapias apropiadas y con disfunción sistólica ventricular izquierda. Se incluyeron 153 pacientes aleatorizados a recibir celivarona a dosis de 100 o 300 mg cada 24, o bien placebo. El objetivo primario del estudio fue evaluar la reducción de terapias apropiadas del desfibrilador a los 6 meses de tratamiento. En el estudio se observó una reducción del 46% del número de episodios de arritmias ventriculares malignas con la dosis de 300 mg, respecto a placebo, diferencia que no alcanzó la significación estadística y que pudiera estar en relación con el reducido número de sujetos estudiado. Un subgrupo de ellos sí que obtuvo una reducción de eventos significativa; fue el de aquellos sujetos con terapias del dispositivo apropiadas durante el mes previo a la aleatorización en este estudio. En el ensayo, ambas dosis del fármaco fueron bien toleradas, sin registro de eventos por taquicardias ventriculares en torsada de puntas, y como era esperable por la composición del fármaco, no se observaron efectos adversos a nivel pulmonar o tiroideo.
Los resultados de este primer ensayo clínico abren las puertas a próximos estudios, como el ALPHEE, que lo comparará con amiodarona y que ya está en marcha, que permitan conocer en detalle la eficacia real del fármaco y su perfil de seguridad evaluado en una mayor población de pacientes.
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/21978965
Celivarone in Patients with an Implantable Cardioverter-Defibrillator (ICD): Adjunctive Therapy for the Reduction of Ventricular Arrhythmia-Triggered ICD Interventions
Gojkovic O et al. Heart Rhythm 2011;):217-224