El trabajo de Naksuk y colaboradores, de la Clínica Mayo de EEUU, evalúa el riesgo de muerte súbita asociado a la presencia de disfunción ventricular derecha en una amplia cohorte de pacientes con diversas formas de cardiopatía, tanto en pacientes con disfunción ventricular izquierda asociada como sin ella.
Pese a ser imperfecto, la disfunción sistólica del ventrículo izquierdo representa el principal marcador a la hora de estratificar el riesgo de muerte súbita en pacientes con cardiopatía estructural. Así, las indicaciones en prevención primaria para el implante de un desfibrilador automático (DAI), se basan principalmente en la cuantificación de la presencia y grado de disfunción ventricular sistólica izquierda, de tal manera que se establece tal indicación en pacientes con una fracción de eyección ventricular izquierda inferior al 35% cuando tienen una clase funcional NYHA II, y menor del 30% cuando el paciente tiene incluso una clase funcional NYHA I.
Por otra parte, la disfunción del ventrículo derecho es una condición presente en muchos pacientes con enfermedades cardiovasculares y también respiratorias, asociada a un aumento de eventos cardiacos adversos, incluido un aumento de la mortalidad de estos pacientes. No se ha estudiado hasta la fecha, en una amplia población de pacientes, el riesgo de muerte súbita en pacientes con disfunción ventricular derecha, si bien algunos estudios de pequeño tamaño apuntan a un mayor riesgo de la misma, como lo apunta el aumento del riesgo de presentar terapias apropiadas del DAI en algunos trabajos, y con las limitaciones de asumir una muerte súbita con la presencia de una terapia apropiada.
El trabajo de Naksuk y colaboradores, de la Clínica Mayo de EEUU, evalúa el riesgo de muerte súbita asociado a la presencia de disfunción ventricular derecha en una amplia cohorte de 5463 pacientes consecutivos con diversas formas de cardiopatía procedentes del registro de la Unidad Coronaria de tal centro entre 2004 y 2013, evaluando el riesgo tanto en pacientes con disfunción ventricular izquierda asociada como sin ella. Se realizó un análisis detallado de los parámetros ecocardiográficos establecidos para la evaluación de la presencia y grado de disfunción ventricular derecha. La edad media de los pacientes fue de 67 años, con una FEVI media del 48,6%, dos tercios hombres, siendo el diagnóstico de ingreso un infarto de miocardio en más de la mitad de los casos, un cuadro de insuficiencia cardiaca aguda en el 38,9% y una muerte súbita en el 4%. Un 3,4% tenían ya implantado un DAI y un 12% presentaban hipertensión pulmonar. El 32% del total presentaban disfunción ventricular derecha, siendo ligera en el 14,9% de ellos y moderada-severa en el 17,1% restante. En los pacientes con mayor grado de disfunción derecha fue menos común la cardiopatía isquémica pero fue más habitual la insuficiencia cardiaca, la hipertensión pulmonar, la EPOC, la muerte súbita previa o el implante previo de DAI.
Durante un seguimiento medio de 14 meses (1-45 meses) tras la hospitalización índice, el 32,5% fallecieron, siendo la causa de la muerte la súbita en el 3%, de origen cardiovascular en el 14,2% y de causa no cardiovascular en el 6,1%, siendo desconocida o no clasificable en el 9,2% de los casos. Al analizar la mortalidad en función de la presencia de disfunción ventricular derecha, los autores observaron que en aquellos pacientes con disfunción derecha moderada-severa, el riesgo de muerte súbita fue mayor significativamente respecto al los pacientes con función normal o disfunción derecha sólo ligera (p<0,001). Entre las variables predictoras de muerte súbita de forma independiente en su cohorte de pacientes, encontraron la muerte súbita previa, la insuficiencia renal, la diabetes, el intervalo QT prolongado, la disfunción ligera ventricular derecha (HR ajustada de 1,57, p=0,046) y la disfunción moderada-severa ventricular derecha (HR ajustada de 1,91, p=0,006). La disfunción moderada-severa de ventrículo derecho resultó predictora independiente de muerte súbita también en el subgrupo de pacientes con FEVI mayor del 35% tanto con un DAI previo como sin él (HR ajustada 5,04, p<0,001, y 4,12, p=0,003, respectivamente).
Con estos datos, los autores enfatizan el valor incremental añadido en cuanto a la estratificación de riesgo de muerte súbita que aporta la evaluación de la función ventricular derecha en pacientes con disfunción ventricular izquierda sobreañadida, recalcando a la vez cómo en pacientes sin indicación actual de implante de DAI, la presencia de disfunción derecha representa una variable predictora independiente de la ocurrencia de una muerte súbita arrítmica. Estudios prospectivos específicamente diseñados a tal efecto, deberán confirmar estos hallazgos.
Naksuk N et al. Right Ventricular Dysfunction and Long-Term Risk of Sudden Cardiac Death in Patients With and Without Severe Left Ventricular Dysfunction. Circ Arrhythm Electrophysiol 2018; 11: e006091. doi: 10.1161/CIRCEP.117.006091