El paciente con insuficiencia cardiaca es un paciente complejo, en el que es necesario optimizar el tratamiento al máximo, para disminuir el riesgo de reingresos hospitalarios, mejorar el pronóstico y la calidad de vida. Aunque esto es bien conocido, lo cierto es que en la práctica clínica no en pocas ocasiones se busca que el paciente se mantenga “estable” más que tratar de buscar una mejoría real de la situación del paciente, lo que puede tener consecuencias graves.
Así, existe una relación directa entre la mortalidad por empeoramiento de la insuficiencia cardiaca y la clase funcional1. Por lo tanto, si el paciente se mantiene en la misma clase funcional, no vamos a mejorar su pronóstico. En cambio, si con la optimización del tratamiento mejoramos la clase funcional, vamos a ser capaces de disminuir la mortalidad del paciente (tabla 1).
Tabla 1. Mortalidad por empeoramiento insuficiencia cardiaca1 y beneficio potencial estimado de mejorar la clase funcional.
Para poder mejorar el pronóstico de nuestros pacientes es imprescindible vencer la inercia terapéutica que hace que ante una misma situación clínica del paciente (misma clase funcional), no modifiquemos el tratamiento2. Por lo tanto, superar la inercia terapéutica es un paso necesario en la consulta. Pero para ello, y teniendo en cuenta el tiempo limitado que tenemos para cada paciente, es imprescindible enfocarnos en aquellos aspectos que de una manera sencilla nos van a aportar más información útil a la hora de identificar en qué pacientes es necesario optimizar el tratamiento.
A raíz del estudio IC-BERG (Insuficiencia Cardiaca en consulta amBulatoria del paciente aparentemente Estable: Retos y Guía de manejo), se han planteado una serie de recomendaciones para mejorar el manejo y el pronóstico del paciente con insuficiencia cardiaca y fracción de eyección reducida, y que se han concretado en cinco cuestiones prácticas de fácil y rápida respuesta en la consulta, y que se resumen en la tabla 23.
Tabla 2. Cuestiones prácticas que se deberían plantear en todo paciente con insuficiencia cardiaca en la consulta.
En el caso de que el paciente no pudiese hacer las mismas actividades, presentara más edemas, necesitase ≥ 40 mg furosemida/día (o dosis equivalente de otro diurético) para mantener el estado de euvolemia, hubiese tenido que ir al hospital en los últimos meses por descompensación de la insuficiencia cardiaca y/o presentase un aumento significativo en los niveles de péptidos natriuréticos desde la última visita, sería necesario optimizar el tratamiento de la insuficiencia cardiaca, para así poder mejorar el pronóstico3 de nuestros pacientes.
Referencias
- Ahmed A, et al. Higher New York Heart Association classes and increased mortality and hospitalization in patients with heart failure and preserved left ventricular function. Am Heart J. 2006;151444-50.
- Berthelot E, et al. Medical inertia in the optimization of heart failure treatment after discharge and its relationship to outcome. Health Care Current Reviews 2018, 6:1: 1000221. Doi: 10.4172/2375-4273.1000221.
- Barrios V, et al. Manejo de los pacientes con insuficiencia cardiaca atendidos en la consulta de cardiología: Estudio IC-Berg. (Pendiente de publicación).