Con motivo de la publicación de una nueva guía práctica de la ESC sobre manejo de péptidos natriuréticos, los doctores Nicolás Manito Lorite, Antoni Bayés Genís y Domingo Pascual Figal comentan los aspectos más relevantes del paper publicado en European Journal of Heart Failure.
Los péptidos natriuréticos se han convertido en una valiosa guía terapéutica como biomarcadores para el diagnóstico precoz y la estratificación de riesgo, especialmente en insuficiencia cardiaca (IC). El Dr. Bayés Genís (Hospital Universitari Germans Trias i Pujol), coautor del documento, aborda el valor de los péptidos natriuréticos en el diagnóstico de la insuficiencia cardiaca crónica y aguda, e incide en la importancia de solicitar el nivel de péptidos cuando haya sospecha clínica de IC para ser analizados en el contexto clínico pertinente: “no se pueden solicitar pruebas desacopladas del contexto clínico en ningún escenario”. Otro aspecto a destacar es la influencia de sacubitrilo/valsartán en el paciente con tratamiento establecido: “el péptido natriurético tipo B (BNP) en la era de sacubitrilo/valsartán es más una diana terapéutica, y el propéptido natriurético cerebral N-terminal (NT-proBNP) es el biomarcador prioritario a escoger para el diagnóstico y manejo del paciente con IC”.
En el diagnóstico de la IC aguda, los resultados obtenidos en los estudios ICON y ICON RELOADED identifican los puntos de corte de inclusión y exclusión de pacientes con IC en los servicios de urgencias, siendo el nivel de BNP menos dependiente de la edad que del índice de masa corporal del paciente. “Se trata de valores altos en los que tenemos en cuenta el componente basal de péptidos natriuréticos y el componente húmedo que se genera por la descompensación del paciente”, apunta el doctor. En el entorno ambulatorio, sin embargo, los puntos de corte recomendados en las nuevas guías clínicas son muy inferiores.
Domingo Pascual (Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca) resalta el valor pronóstico de BNP en la hospitalización, con momentos específicos de la enfermedad en los que cobra mayor importancia: su valor al alta ayuda a tomar medidas para una mejor evolución del paciente, y su uso como guía terapéutica en escenarios concretos permite monitorizar el desarrollo de la enfermedad y su respuesta al tratamiento, por lo que resulta imprescindible que la toma de decisiones se base en el contexto clínico: “los BNP son un sensor cuantitativo del grado de estrés miocárdico que se pueden usar en momentos relevantes y en cualquier situación clínica que genere posible daño miocárdico”.