Máster en Big Data Sanitario
En el sector Salud existen numerosas fuentes de datos heterogéneas que arrojan una gran cantidad de información relacionada con los pacientes, las enfermedades y los centros sanitarios. Esta información, bien analizada, resulta de gran utilidad para los profesionales sanitarios.
Se pueden obtener datos sobre salud de historias clínicas electrónicas, dispositivos de telemedicina, pruebas clínicas, e incluso de wearables. Asimismo, aportan un valor añadido los datos epidemiológicos, los nutricionales y los genómicos, más relacionados con lo que se conoce como Real World Data (RWD) y con la medicina personalizada. Analizar esa información puede ayudar a tomar decisiones tanto a los médicos como a los gestores de los centros sanitarios, lo que repercute en un mejor servicio de salud para los pacientes.
La aplicación de las denominadas técnicas de Big Data permite inferir una capa de inteligencia, en la que resulta de especial relevancia la aplicación de modelos predictivos que ayuden a anticiparse a las necesidades sanitarias y que ofrezcan una atención médica más eficaz.
Encontramos ejemplos de aplicación de técnicas propias de análisis de la información que permiten optimizar tanto en la gestión clínica (para predecir cómo utilizar los recursos sanitarios de forma más eficiente: frecuencia de asistencia a consultas médicas, ingresos en el hospital, etc.) como en el tratamiento y la atención al paciente (dando apoyo a la medicina personalizada). Ofreciendo, entre otros, servicios de alertas, predicción de necesidades y generación de recomendaciones.
El desarrollo y uso de Internet ha supuesto un antes y un después en nuestra sociedad. Hoy en día, las empresas y profesionales, utilizamos las nuevas tecnologías para llevar a cabo nuestra actividad profesional por las posibilidades que nos ofrece: somos más productivos, llegamos a mercados a los que hace unos años era impensable acceder y disponemos de nuevos canales, y más económicos, de comunicación con clientes y proveedores.
En los últimos años, la tecnología ha permitido que la capacidad de publicación y acceso a los datos se incremente de una forma como nunca había sucedido. No obstante, este escenario ha provocado la necesidad de explotar la información, lo que lo ha convertido en un arma de doble filo: por un lado, ha generado nuevos mercados y mejorado nuestra capacidad de tomar decisiones en contextos muy diversos; por otro, en cambio, ha fomentado la aparición de nuevas amenazas contra la sociedad.
Hay quienes aseguran que nos encontramos en la edad de los analíticos. El volumen de datos existente es tal que tan sólo somos capaces de explotar una pequeña parte de estos. Las mejoras en las capacidades de almacenamiento y procesamiento, así como la aparición de nuevos algoritmos, resultan insuficientes si no existe personal capacitado para realizar la labor de análisis e interpretación de la información adquirida. Estos analistas generan inteligencia que puede ser consumida en ámbitos tan diversos como el económico, político, ambiental, social o salud, entre otros.
Por todo ello, las empresas, también del ámbito de la salud, están creando sus departamentos de Gestión de la información, BigData, IA o utilizan los servicios de terceros, para obtener una ventaja competitiva, identificar oportunidades, amenazas, conocer los intereses y hábitos de sus clientes, conocer el nivel reputacional de una persona o marca, detectar fugas de información o, en general, tomar decisiones informadas para el beneficio de su negocio.
Además de los efectos positivos, este panorama ha incorporado efectos adversos como el diseño y aplicación de algoritmos de inteligencia artificial mal o no validados, surgimiento de las fake news y la capacidad de influir en la opinión pública, o la aparición de un nuevo tipo de delitos.
Ante esta situación se hace imprescindible la figura del Analista de BigData, IA y Salud para adquirir, procesar e interpretar la información y así poder generar inteligencia que ayude en la toma de decisiones, tanto de una forma discreta como continua en el tiempo.
Su labor debe ser absolutamente rigurosa, toda vez que los resultados que obtenga pueden llevar al éxito o al fracaso o, incluso, llegar a poner en riesgo la vida de un elevado número de personas. Por ello, es fundamental asegurarse de la cualificación del analista antes de que comience con sus tareas dentro del ciclo de vida de la inteligencia.
Como reflejo de esta tendencia, los Analistas de BigData, IA y Salud se han convertido en unos de los profesionales más cotizados.
Según un informe de Zion Market Research publicado en 2018, el mercado global de inteligencia basado en fuentes abiertas se valoró en alrededor de 3.810 millones de dólares en 2017 y se espera que alcance más de 25.900 millones de dólares en 2026. Se espera que el mercado mundial de inteligencia basada en fuentes abiertas crezca a una tasa anual del 23’7% entre 2018 y 2026.
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- De 19 de octubre de 2023 a 28 de junio de 2024
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