El desfibrilador automático implantable (DAI) se ha establecido en los últimos años como una terapia efectiva en pacientes que han sufrido arritmias ventriculares malignas y en aquellos en alto riesgo de presentarlas. La evaluación de su efectividad en diversas poblaciones de pacientes incluidos en variados estudios prospectivos multicéntricos y aleatorizados, ha dado robustez a su utilización y ha hecho crecer considerablemente el número de implantes.