La terapia de resincronización cardiaca (TRC) ha demostrado mejorar las expectativas de vida de pacientes seleccionados con insuficiencia cardiaca. Aun así, el implante de dichos dispositivos todavía se asocia con una tasa de complicaciones no despreciable. Según las series, hasta en un 6% de los pacientes no es posible implantar el electrodo ventricular izquierdo. Además, para garantizar el beneficio de la TRC, hay que enfrentarse con otros problemas, como son las dislocaciones del electrodo de seno coronario o la estimulación frénica que ocurren entre el 6 y el 14% de los implantes. El diseño de nuevos electrodos para la TRC puede solucionar considerablemente estas deficiencias.