La decisión final de optar por una revascularización percutánea o quirúrgica en el paciente con insuficiencia cardiaca debe asentarse en la valoración de numerosas variables y condicionantes pero, en definitiva, la elección última se tendrá que basar fundamentalmente en las particularidades que presente cada paciente. Y es que ambas intervenciones muestran ventajas e inconvenientes.