En la siguiente entrevista conocemos las impresiones de los Dres. Carles Moliner, R2 del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau (Barcelona), y Alejandro Durante, R5 del Hospital Universitario Puerta de Hierro-Majadahonda (Madrid), acerca de la primera edición de este curso puesto en marcha por la SEC.
- ¿Qué destacaríais del curso? ¿Cuál es vuestra valoración sobre las competencias trabajadas, la relación docente-alumno, el ambiente de aprendizaje, los materiales, etc.?
- Carles Moliner (R2): En primer lugar, recalcar el privilegio que supone poder disfrutar de unas instalaciones punteras en el mundo de la simulación, como son las de Iavante, y que ha sido posible gracias a la apuesta de la Sociedad Española de Cardiología por esta modalidad de aprendizaje.
Paralelamente, la simulación te permite darte cuenta de tus puntos fuertes y débiles sobre un escenario clínico con un realismo remarcable sin que los errores supongan un riesgo para terceros. Este aspecto es muy importante ya que logra desvincular el error de los sentimientos de culpa y frustración y lo coloca dentro de la pirámide del aprendizaje como elemento incluso motivacional.
Además, ha generado un punto de encuentro entre residentes de un mismo curso donde hemos podido compartir y comparar nuestro día a día, nuestras inquietudes, nuestras dudas y darnos cuenta que son muy parecidas a pesar de la distancia geográfica.
En mi opinión, los casos clínicos han sido seleccionados con mucho criterio para el nivel exigible a un residente de segundo año de cardiología. La estructura en equipos pequeños y con doble faceta de actuación y debriefing hace que resulte provechoso para todos los participantes y permite un análisis muy enriquecedor posterior, tanto de conocimientos teóricos como del rol ejercido dentro del trabajo en equipo. Es precisamente este análisis posterior el que falta en situaciones agudas en la práctica clínica real y la simulación brinda una posibilidad de oro para la crítica constructiva no punitiva.
Alejandro Durante (R5): El curso de formación mediante técnicas de simulación nos ha permitido mejorar en un ambiente seguro habilidades que pueden ser talones de Aquiles para muchos. La adquisición de estas competencias en un entorno controlado, en grupos pequeños que permiten una estrecha interacción entre docente y alumno, hace que aprender se pueda convertir en “un juego”. Aprender de tus errores mientras te diviertes es la clave del éxito docente de este curso. - ¿Consideráis que ha sido un curso útil y que ayudará a mejorar vuestra práctica clínica? ¿Con qué aspectos novedosos se ha encontrado un R2 y un R5?
- C.M (R2): Más que los conocimientos teóricos aprendidos me llevo del curso varias reflexiones. En primer lugar, ¡me queda mucho por aprender y me toca estudiar! En segundo lugar, me parece que disponiendo de técnicas de simulación tan avanzadas y tan implantadas en otros ámbitos (como puede ser la aviación), empieza a ser flagrante la necesidad de implantarlas dentro del itinerario formativo del médico interno residente.
A.D (R5): Sin duda. Se trata de un curso útil y que mejorará la práctica clínica. Enfrentarse a situaciones críticas con un simulador por primera vez, te permite aprender y modificar aptitudes con el objeto de mejorar las competencias. No hay que olvidar que proteger al paciente debe ser nuestro principal objetivo y para ello, la simulación es una buena arma.
Muchas de las situaciones que se nos presentaron forman parte de nuestro día a día. Probablemente el hecho más novedoso lo constituye la metodología en sí. Permitir al alumno desarrollar un caso clínico teniendo que desgranar cada uno de los signos y síntomas que se presentan de forma dinámica, hace que tengas tus cinco sentidos alerta. Ser capaz de identificar por uno mismo esos signos de gravedad, discernir la información relevante de la superflua y aprender a priorizar en situaciones críticas, son elementos difíciles de entrenar fuera de un contexto de simulación. - ¿Qué añadiríais en ediciones futuras?
- C.M (R2): En mi caso, mayor número de casos clínicos con muñecos de simulación para poder sacar el máximo provecho a las instalaciones y al esfuerzo personal, logístico y económico que supone el curso. Así pues, invertir más tiempo dentro de las aulas de simulación y menos en otro tipo de actividades (caso clínico con paciente ambulatorio, curso vía aérea básico) que pueden darse en escenarios menos complejos.
A.D (R5): Antes de nada, espero que existan ediciones futuras. La idea creo que ha sido muy bien aceptada por los residentes y, sin duda, es una apuesta de la SEC por la excelencia. Probablemente trataría de orientarlo más a R4 en vez de a R5, por el hecho de las fechas en las que tienen lugar los cursos que muchas veces dificulta una adecuada planificación con el fin de la residencia, rotaciones externas, etc.Aprovecho para sugerir ampliar el número de cursos a lo largo de la residencia. Por qué no, el desarrollo de varios cursos monográficos a lo largo de la residencia con el objeto de poder mejorar cada una de las competencias específicas de acuerdo con los objetivos planificados.
- ¿Animaríais a otros residentes a participar en próximas ediciones?
- C.M (R2): Sin lugar a dudas. Tanto el contenido del curso, el lujo de las instalaciones, la opción de conocer a otros compañeros, como las facilidades brindadas por la SEC hacen que mi respuesta sea rotunda en sentido afirmativo.
A.D (R5): Por mi parte tampoco hay duda. Creo firmemente en la simulación como arma docente. Me alegra que la SEC haya apostado por la simulación y por los residentes. Después de esta entrevista creo que todo residente tendrá claro que si viene a este curso se divertirá, aprenderá jugando y se quedará con ganas de repetir. Animar a la SEC a mantener estos cursos, a los residentes para que ayuden a mantenerlos y, por qué no, aprovecho para hacer campaña para ampliarlo a los nuevos adjuntos que deseamos mantenernos actualizados con ayuda de la simulación. - Y por último, Carles, ¿Qué esperas del curso avanzado para R5 en el que ha participado Alejandro? ¿Participarás en él?
- Por un lado me gustaría que fuera capaz de incorporar procedimientos diagnóstico-terapéuticos exigibles a un residente que termina ya la especialidad. Por ejemplo, realización/interpretación de técnicas de imagen, ser capaz de obtener accesos arteriales/venosos o colocación catéteres, manejo práctico de técnicas de sustitución renal, dispositivos de asistencia ventricular en fase aguda, etc.
Por otro lado, me gustaría que para aquellos que así lo desearan, pudiera tener un carácter evaluativo de competencias. Pienso que en el futuro la formación médica deberá hacer una transición hacia asegurar y certificar competencias sin olvidar evidentemente los conocimientos teóricos.