La Sociedad Española de Cardiología (SEC) advierte que la insuficiencia cardíaca (IC) afecta a más de 1.205.000 españoles, tal y como muestran los registros del Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2009. Idealmente, todos estos enfermos deberían ser atendidos en Unidades de IC especializadas, donde profesionales médicos y de enfermería ofrecen la asistencia médica, psicológica y social necesaria a este tipo de pacientes.
Lamentablemente, en España tan sólo hay 73 Unidades de IC, lo que no permite dar asistencia altamente especializada a tal cantidad de enfermos, especialmente los que viven lejos de las grandes ciudades. Además, una tercera parte de los que padecen IC no pueden desplazarse al hospital para realizar un seguimiento adecuado de su enfermedad, por razones de dependencia, edad avanzada o barreras arquitectónicas, entre otros motivos.
Hasta ahora, la mayoría de estudios de telemedicina únicamente abordaban la medición diaria de costantes vitales desde casa del paciente, lo que permitía detectar aumentos bruscos y repentinos de peso (síntoma de una retención de líquidos previa a una descompensación), la hipertensión o hipotensión y cambios en la frecuencia cardiaca. El proyecto CARME (CAtalan Remote Management Evaluation) para enfermos de insuficiencia cardiaca, ha querido dar un paso más para mejorar la calidad de vida de estos pacientes, reduciendo, a partir de elementos educativos que complementan la telemonitorización, el número de hospitalizaciones en un 68% y en un 73% los días de ingreso de los enfermos con IC.
Para este estudio, el Hospital Universitari Germans Trias i Pujol de Badalona, el Institut Català de la Salut y la Universitat Autònoma de Barcelona analizaron a 92 pacientes con insuficiencia cardiaca crónica. Todos los pacientes recibieron videos educativos y cuestionarios interactivos a través del televisor de su domicilio. En un brazo del estudio, además, los pacientes (44) pudieron disponer de aparatos de automedición de constantes vitales, que se transmitían automáticamente al ordenador del hospital. Los datos demográficos y las características clínicas de los pacientes fueron similares en los dos grupos.
Se compararon las hospitalizaciones y la duración de los ingresos en los 12 meses previos a la inclusión en el estudio con los producidos durante los 12 meses del periodo de seguimiento con el uso de telemedicina combinada con el programa educativo. Además, se realizaron evaluaciones de la calidad de vida y valoraciones de la funcionalidad del sistema en el momento de la inclusión y a los 12 meses. Se obtuvieron los datos de hospitalización revisando la historia clínica electrónica del Institut Català de la Salut.
Se enviaron 20 vídeos que abordaban cuestiones como las siguientes: visión general de la enfermedad (síntomas, cuidados diarios, etiología), medicación (cambios terapéuticos, cumplimiento), visitas del médico, prevención de recaídas, control del colesterol, hipertensión, estilo de vida (actividad física, familia y amigos, control emocional, viajes, estrés), nutrición (comer fuera de casa, líquidos, dieta con poca sal), vacunaciones y consumo de alcohol. Además, se entregaron 18 videos con entrevistas a pacientes reales. Se enviaron cuestionarios en momentos preestablecidos, utilizando para ello su televisor. A los pacientes aleatorizados al grupo de automonitorización, se los instruyó para registrar el peso, la presión arterial y la frecuencia cardiaca cada mañana antes del desayuno. Todo ello, redujo en este grupo de pacientes las hospitalizaciones pasando de 28 a 9. El número de días de ingreso hospitalario por IC también se redujo significativamente, pasando de 259 a 69.
"Contra más conocimientos se les ofrezca a los pacientes de insuficiencia cardiaca sobre su enfermedad, más posibilidades existirán de que puedan reconocer precozmente los síntomas de una descompensación y cuiden de sí mismos, avisando a su médico a tiempo antes de que las consecuencias sean más graves", comenta el Dr. Josep Lupón, miembro de la SEC y jefe de la Unidad de Insuficiencia Cardiaca del Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona. "La telemedicina aplicada con un programa educativo es una herramienta muy válida para mejorar la asistencia de este tipo de pacientes, pero debe tomarse siempre como un complemento a la Unidad de IC, de modo que es preciso ampliar el número de estas unidades en los hospitales de nuestro país", aclara el Dr. Lupón.
Insuficiencia cardiaca
La insuficiencia cardiaca es la incapacidad del corazón de bombear sangre a un volumen adecuado para mantener las necesidades del cuerpo humano, generando con frecuencia dificultad respiratoria. El corazón puede fallar debido a un problema propio o porque su capacidad de reacción no alcanza a satisfacer lo que el organismo le demanda. Patologías como la enfermedad isquémica coronaria, valvulopatías, arritmias o dolencias que afectan al músculo cardiaco pueden provocar insuficiencia cardiaca.
La IC es una enfermedad de mal pronóstico y con una elevada tasa de hospitalización y reingresos (80.000 al año). Es conocido que los pacientes con IC tienen mermada su calidad de vida por múltiples motivos (limitaciones dietéticas, efectos adversos de múltiples medicaciones o socialización limitada a causa de los síntomas).