Justificar y potenciar el entrenamiento en habilidades no técnicas (liderazgo, trabajo en equipo, anticipación, comunicación, etc) en los residentes de Cardiología, así como poner en común opiniones, ha sido el eje sobre el que ha girado un curso celebrado en el marco del Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares 2019.
Una habilidad técnica es algo que requiere una destreza manual y que por repetición hasta la persona menos habilidosa puede adquirir e interiorizar; se trata de procedimientos que generalmente se aprenden durante la residencia, como puede ser realizar una ecocardiografía o una coronariografía o insertar un catéter venoso central. Sin embargo, las habilidades no técnicas tienen más que ver tal vez con la “inteligencia emocional”, con cómo nos comunicamos entre nosotros, cómo traspasamos la información clínica de unos a otros, cómo se organiza un equipo sanitario que se enfrenta a una situación de crisis o urgencia vital, con la distribución de roles, el papel del liderazgo y del buen líder. “Todas estas cuestiones pueden contribuir que en una situación en la que las habilidades técnicas están muy bien interiorizadas y ‘dominadas’ todo tienda al caos y perdamos el control de la situación, pudiendo incluso conducir al perjuicio del paciente”, opina la Dra. Clara Bonanad Lozano que, junto al Dr. Jordi Bañeras Rius, ha moderado un curso sobre difusión de habilidades no técnicas para el paciente cardiológico.
Ambos han admitido que “los profesionales interesados en habilidades no técnicas tienen el perfil de sanitarios interesados en la docencia, inteligentes, muy capaces, que quieren mejorar en su práctica clínica diaria, que son inquietos y que desean aprender nuevas herramientas para aplicar tanto con sus alumnos y residentes como con ellos mismos en su proceso de crecimiento personal/laboral tanto como docentes como clínicos”. Junto a ellos, se ha tratado de analizar contenidos no tangibles pero fundamentales en una buena práctica clínica diaria, “tanto para enfrentarnos al cuidado de nuestros pacientes cómo para manejar nuestras propias emociones y frustraciones, así como para manejar situaciones de crisis en las que el ‘ruido’ nos perturba y no nos permite una comunicación efectiva que conlleve a la organización del personal implicado”, señala la Dra. Bonanad.
Un entrenamiento necesario
En concreto, este curso práctico ha permitido exponer los factores que influyen en la seguridad del paciente, “siendo las habilidades no técnicas el más determinante”, según aclara el Dr. Bañeras; también se ha instruido a los asistentes en cómo identificar y mejorar las habilidades no técnicas, presentando el debriefing como un espacio reflexivo que cierra el bucle para mejorar la práctica clínica. En definitiva, indica este experto, “hemos tratado de transmitir que este entrenamiento de habilidades no técnicas es una necesidad no cubierta y que es hora de entrenar, con el fin de mejorar la seguridad del paciente y la calidad asistencial”. Y es que, en palabras de la Dra. Clara Bonanad, “puede ser tan grave un error que surge de no dominar una técnica como aquel que se produce por no saber transmitir una información a otro profesional que va a asumir la responsabilidad del cuidado de un paciente”.
Entre las habilidades no técnicas en el campo de la salud, destacan aquellas principalmente relacionadas con la comunicación, el trabajo en equipo, la toma de decisiones, la consciencia de la situación y el liderazgo. Se trata, a juicio del Dr. Jordi Bañeras, “de habilidades fundamentales, de ahí que el entrenamiento en habilidades no técnicas debería estar en el currículo de todo residente”. Y es que, añade, “no tiene sentido que se progrese en tecnología si los errores vienen de otra fuente; y por mucha tecnología que haya por el medio, de nada sirve si se comete un error por falta de gestión de alguna habilidad no técnica, como la falta de trabajo en equipo”. De hecho, según la literatura médica, el 70% de los errores médicos están relacionados con el factor humano, y no por falta de conocimientos; “ante estas cifras, preparar a los cardiólogos con una buena formación en habilidades no técnicas es imperativo”, subraya el Dr. Bañeras.
Complementando esta idea, Clara Bonanad destaca que “las habilidades no técnicas son tan importantes como las técnicas, y que por mucho que se tecnifique la Medicina, el protagonista de todo esto es el paciente, que es un ser humano y como tal hay que tratarle”; además, apostilla, “nosotros como humanos también debemos saber manejar este tipo de habilidades, muy ligadas a la inteligencia emocional y al control psicológico que es clave en la Medicina como ciencia humanizadora”.
Aprendiendo del CRM
Durante el curso se ha hecho un especial hincapié en la utilidad que puede tener la aplicación en Cardiología del CRM (Crew Resource Management). Se trata de un protocolo que nace de la aviación civil para minimizar una cadena de errores que se pueden producir en las actividades de la aviación. Consiste en un conjunto de 15 ítems de habilidades no técnicas que se ha exportado al campo de la Medicina cuando hay una situación de emergencia. Estos 15 ítems hoy en día se suelen agrupar en 5, que son la comunicación, el liderazgo, el trabajo en equipo, la toma de decisiones y la consciencia de la situación. “Es fundamental su entrenamiento, ya que es una manera de disminuir errores médicos y de aumentar la seguridad del paciente”, destacan los moderadores de este curso.
En concreto, la Dra. Clara Bonanad indica que “entrenar este tipo de habilidades puede contribuir a que en situaciones de urgencia cardiológica, o incluso en situaciones en las que hay que transmitir una mala noticia tanto a los familiares de un paciente como al propio paciente, podamos conseguir tener un mejor control de la situación”. Respecto a las malas noticias, aconseja, “hay que desarrollar habilidades y un tacto especial a la hora de utilizar el lenguaje, la expresión corporal y la empatía para que tanto la familia como el paciente, sea el caso que sea, puedan sobrellevar esta información de la manera más sosegada y humana posible”.
Apuesta de la SEC
Gracias al esfuerzo de la Sociedad Española de Cardiología, a través del ‘Programa en Educación Médica para Residentes de Cardiología mediante Simulación’, que en el 2020 empieza la tercera edición, los residentes tienen un espacio donde entrenan las habilidades no técnicas, y “el feedback meses más tarde al entrenamiento ha sido realmente muy positivo”, asegura el Dr. Bañeras, quien admite que “el equipo docente estamos convencidos que esta intervención formativa repercute en la seguridad de los pacientes”.
A juicio de la Dra. Bonanad, “la enseñanza mediante simulación de estas habilidades va a ir en aumento, y se va a posicionar como parte necesaria de cualquier profesional sanitario que quiera, por un lado, enseñar y, por otro, mejorar en su práctica clínica diaria”. Es más, asegura, “éste será el futuro del aprendizaje y la formación del personal sanitario”.