A pesar de que su introducción en nuestro país es relativamente novedosa, el empleo de técnicas de reparación de la válvula mitral transcatéter se está extendiendo y acapara el interés de los expertos en cardiología intervencionista.
La reparación mitral por catéteres es un procedimiento que ha ido incrementando su volumen en los últimos años, lo que supone un aliciente y un motivo más para adquirir conocimientos y compartir experiencias en este ámbito, algo que ha sido posible en un simposio de actualización en cardiopatía estructural para cardiólogos clínicos celebrado hoy en el marco del e-Congreso SEC 2020 de la Salud Cardiovascular.
La reparación mitral transcatéter ha sido el principal eje argumental de la ponencia que ha ofrecido en este foro el Dr. Dabit Arzamendi, especialista en Cardiopatía Estructural
del Hospital de Sant Creu i Sant Pau (Barcelona), quien ha señalado dos factores determinantes del auge de esta técnica: “por un lado, se debe a la evidencia científica obtenida y, por otro, por la experiencia adquirida por parte de los grupos de intervencionismo estructural”. Además, si se añade el inicio de procedimientos de sustitución mitral transcatéter que se comienzan a realizar en España, “es normal que el interés en este campo esté creciendo considerablemente en los últimos años”.
Aunque la incidencia en nuestro medio de trastornos de la válvula mitral no ha variado sustancialmente en los últimos años, lo sí ha cambiado es el número de casos que terminan por ser manejados con estos nuevos recursos. Así, como indica el Dr. Arzamendi, “pacientes a los que antes se les ofrecía un manejo conservador, debido al alto riesgo que podría implicar una cirugía, ahora son referidos para reparación transcatéter”.
Un avance constante
En la intervención quirúrgica clásica sobre la válvula mitral no se han introducido importantes novedades en los últimos años, pero sí que se han registrado destacados progresos a nivel del intervencionismo, es decir, en la realización y generalización de procedimientos sin necesidad de circulación extracorpórea ni esternotomía, favoreciendo intervenciones que tienden a ser mínimamente invasivas. Esto ha sido posible, en palabras del Dr. Dabit Arzamendi, “por la generación continua de evidencia científica de calidad que demuestra la utilidad de estas terapias y también por el desarrollo continuo de los dispositivos que utilizamos con el objetivo de mejorar resultados y minimizar las complicaciones”.
Pero el progreso en este ámbito no se detiene y ahora, entre otros retos, “el siguiente paso es la sustitución valvular transcatéter y conseguir que la durabilidad de estas válvulas sea equiparable a las válvulas quirúrgicas”, indica el Dr. Arzamendi, para quien no cabe duda que “la clave del éxito en estos casos pasa, necesariamente, por las técnicas de imagen: tanto para la adecuada selección de pacientes como para guiar los procedimientos”.