Un simposio del Congreso SEC21 de la Salud Cardiovascular ha permitido sintetizar los principales aprendizajes que se han obtenido en la última década en el ámbito de la anticoagulación oral, sobre todo con la aparición y desarrollo de los anticoagulantes de acción directa. De forma particular se ha revisado su empleo y utilidad tanto en cardiología intervencionista (stents, prótesis …) como en enfermos con cáncer.
Experiencia en FANV
Con todo, el aspecto más controvertido ha sido la “existencia de un significativo contraste entre la evidencia del coste-beneficio de los anticoagulantes de acción directa y su todavía insuficiente empleo en la práctica clínica”, como pone de manifiesto el Dr. José López-Sendón Hentschel.
Según este experto, que ha participado como ponente y comoderador en este simposio, “aunque se han trasladado a la experiencia clínica las evidencias obtenidas en ensayos clínicos con el empleo de la anticoagulación oral en pacientes con fibrilación auricular no valvular (FANV), en España esto se ha hecho más lentamente que en el resto de los otros países de Europa, lo cual es preocupante”.
Y es que, a juicio de López-Sendón, “las dificultades administrativas para su financiación por el sistema público son un problema pero, además, es curioso comprobar cómo los médicos no utilizamos todas las oportunidades reales para utilizar anticoagulantes de acción directa en lugar del clásico ‘Sintrom’”. Esto ha llevado a que la experiencia acumulada en la práctica clínica en estos últimos 10 años con los nuevos anticoagulantes orales en pacientes con FANV sea satisfactoria, pero que subsista “un gran espacio de mejora, especialmente en España”.
Demasiados obstáculos
A pesar de su ya sólida evolución y consolidación en situaciones de práctica clínica real, “a día de hoy no se han superado completamente las trabas para la utilización de anticoagulantes de acción directa en la práctica clínica”, sentencia el Dr. López-Sendón, que exige una “mayor concienciación sobre sus ventajas y, para ello, probablemente lo más útil y necesario sería cambiar de estrategia”.
Tal y como enumera el cardiólogo del Hospital Universitario La Paz, en este ámbito se identifican tres problemas principales en el momento actual: “1) las autoridades sanitarias deberían considerar seriamente que los anticoagulantes de acción directa son coste-efectivos, y debería favorecerse su uso, con menos limitaciones de copago; 2) los diferentes criterios de utilización y financiación en las comunidades autónomas de España originan confusión y desigualdad; 3) los médicos no pueden desperdiciar la oportunidad del empleo de anticoagulantes de acción directa en los casos ya aceptados, con indicación, y financiados por las autoridades sanitarias”.
Importantes progresos
En cualquier caso, y a pesar de estos déficits, “el avance en la última década en el ámbito de la anticoagulación oral ha sido extraordinario”, afirma López-Sendón. Solo como muestra de ello, destacar que “la prevención de fenómenos embólicos y hemorrágicos es ahora mucho más efectiva, y tanto médicos como enfermos somos más conscientes de su importancia y los hacemos mejor”. Por otra parte, como añade este experto, “se sabe ya que los antiagregantes NO son efectivos en la prevención de fenómenos embólicos en el contexto de la FA o aumentan las hemorragias”. Y, finalmente, “se ha demostrado que los anticoagulantes de acción directa son coste-efectivos en comparación con la anticoagulación clásica, además de resultar más cómodos de usar, más eficaces y más seguros”, concluye el Dr. López-Sendón.