La superespecialización de la cardiología genera con frecuencia grandes dificultades e imposibilita al cardiólogo poder estar al día de todas las novedades y mejoras técnicas que ocurren fuera de su ámbito. Un simposio celebrado en el Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares SEC 2018 ha tratado de aportar al cardiólogo clínico aspectos relevantes y novedosos de la cardiología intervencionista, con el objetivo de facilitarles su trabajo y, entre todos, aportar lo mejor para los pacientes.
Cardiólogos clínicos e intervencionistas han compartido argumentos, experiencias y dudas, poniendo especial énfasis en la seguridad de los stents y otros aspectos tan actuales como la OCT o el de la indicación de la TAVI en poblaciones amplias. En concreto, en su charla el Dr. Juan Miguel Ruiz Nodar ha expuesto la dicotomía que muchas veces existe entre la visión del clínico y el hemodinamista a la hora de pautar la duración de la doble antiagregación. “Hay consenso sobre la duración prolongada de la doble antiagregación tras el síndrome coronario agudo (SCA), pero también sabemos que los stents actuales son muy seguros y que, en muchos casos, podemos usar doble antiagregación solo un mes de una manera muy segura y sin riesgo de trombosis tardías”, resume.
Diferentes visiones, mismo objetivo
Básicamente, la investigación clínica se ha dirigido fundamentalmente a demostrar que los regímenes antiagregantes más potentes y más prolongados reducen los eventos isquémicos, mientras que la investigación en cardiología intervencionista intenta demostrar cómo los stents actuales son muy seguros y cómo es posible disminuir sangrados reduciendo la doble antiagregación.
Sin duda, afirma el Dr. Ruiz Nodar, “el sentido común y la individualización es la mejor receta para decidir qué hacer en estos casos”. Como continua explicando, “soy un hemodinamista defensor de la prolongación de la antiagregación y el uso de antiagregantes potentes en una gran mayoría de casos, pero con las mejoras de los stents actuales tenemos la enorme ventaja de poder acortar la duración de la antiagregacion de manera muy segura en determinadas circunstancias: en caso de sangrados, cuando es necesario someter al paciente a cirugías o procedimientos invasivos, o incluso, en pacientes que son de alto riesgo hemorrágico por tomar anticoagulantes o tener edad avanzada y/o anemia”.
Esperando al estudio MASTER-DAPT
Por ello, resulta prometedor el estudio el estudio MASTER-DAPT, que “nos va a dar mucha información transcendente y nos dirigirá hacia una cada vez más importante individualización de la antiagregación en función del cuadro clínico del paciente y su riesgo hemorrágico”, señala el ponente.
Este estudio, que ya está en marcha, se espera que aporte hallazgos de interés sobre el manejo de la cardiopatía isquémica. Evalúa si en pacientes con alto riesgo hemorrágico y que son revascularizados con un stent altamente seguro (el ‘Ultimaster’), es mejor usar regímenes de antiagregación prolongados o reducidos. “Queremos saber si acortando la duración de la antiagregación reducimos los sangrados y, obviamente, que esto no sea a expensas de más eventos isquémicos”, apunta el Dr. Ruiz Nodar.