La insuficiencia cardiaca (IC), enfermedad que una de cada cinco personas tiene posibilidades de sufrir a lo largo de su vida, genera un alto impacto sanitario y social. Los fármacos betabloquantes (BB), los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (IECA), los antagonistas de los receptores de la angiotensina (ARA II) y los antagonistas de los receptores mineralocorticoides (ARM) reducen ingresos, mortalidad y mejoran los síntomas en pacientes con insuficiencia cardiaca con fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) reducida.
Las guías de práctica clínica recomiendan los programas de IC con equipos multidisciplinares de cardiólogos y enfermeras especializadas para la monitorización clínica y analítica, la educación terapéutica del paciente-familia y la titulación de fármacos. En la optimización de fármacos, la enfermera colabora con el cardiólogo, ajustando dosis y modificándolas en función de la evolución y analítica del paciente.
Titulación de fármacos
El estudio ‘Titulación de fármacos por enfermeras en IC: barreras y facilitadores’, presentado en el Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares SEC 2018, ha revisado la literatura científica para “describir las barreras y facilitadores que encuentra el personal de enfermería especializado en insuficiencia cardiaca en la titulación de fármacos”, explica Mª Lluïsa García-Garrido, una de sus autoras. Este estudio acompaña al estudio cuantitativo ETIFIC.
Los facilitadores más relevantes y prevalentes o, al menos, los factores que se asociaron a este rol de titulación de fármacos por los profesionales de enfermería de IC fueron: “la formación de éstos en el área de conocimiento o especialidad, la experiencia en la práctica clínica avanzada, la capacidad de acceso a los resultados bioquímicos, el tiempo de titulación de los pacientes, así como la existencia de protocolos que ayudan a iniciar y ajustar dosis, y la atención multidisciplinar con acceso al médico prescriptor”.
Por el contrario, entre las principales barreras descritas se sitúan “la indefinición del rol, la ausencia de protocolo o la dificultad para aplicarlo, la negación del rol por parte de algunos profesionales médicos, las limitaciones o restricciones del personal de enfermería, la organización del sistema de salud, los aspectos legales y las características de los pacientes”.
Tal y como explica la enfermera, “los estudios analizados no han sido realizados en nuestro contexto, por lo que pueden existir diferencias en la organización del sistema de salud, en la formación y experiencia de los profesionales, así como en el marco legal”. Por otra parte, a diferencia de nuestro medio, algunos de estos países como Reino Unido, Irlanda o Australia, entre otros, han definido el marco legal sobre la prescripción suplementaria, donde enfermería colabora con el prescriptor, aspecto favorable para la titulación.
García-Garrido concluye que “resulta imprescindible continuar y profundizar en el estudio de las barreras y facilitadores para implementar la titulación de fármacos por parte de enfermería en insuficiencia cardiaca, para poder universalizarla”. Asimismo, sentencia, “es un tema de potencial investigación de práctica clínica enfermera en España”.