¿De qué se trata?
En este estudio observacional unicéntrico, en el que se incluyeron 333 pacientes, se evaluó el impacto en la mortalidad de un protocolo diagnóstico y terapéutico para la endocarditis infecciosa (EI).
Arch Intern Med. 2009;169(14):1290-1298.
Los autores comparan la mortalidad de la EI entre 1991 y 2001 (n=173) con la mortalidad a partir del 2001 (n=160), año en el que se puso en marcha un protocolo multidisciplinario que restringía el uso de antibióticos, marcaba la duración del tratamiento y el seguimiento, y estandarizaba las indicaciones quirúrgicas. La mortalidad y eventos embólicos disminuyeron significativamente después de iniciarse el protocolo (de un 18,5% en el periodo 1 a un 8,2% en el periodo 2). El análisis multivariante, mostró que el protocolo del periodo 2 fue un factor protector independiente. Los autores concluyen que la reducción dramática de la mortalidad se debió a su aproximación protocolizada al tratamiento de la EI.
Comentarios
Los autores argumentan que el protocolo estuvo basado en un consenso y por eso no fue posible la aleatorización de las alternativas. Este argumento no es correcto: también los estudios con diseño experimental pueden basarse en protocolos consensuados. Los autores también argumentan que la aleatorización no hubiera sido ética. Tampoco este argumento es correcto: sería posible y éticamente aceptable aleatorizar varias propuestas diferentes de manejo del paciente con EI. La comparación con series históricas puede servir para enriquecer la discusión, pero como comparador principal tiene muchas limitaciones. El sesgo derivado de comparar la mortalidad en dos periodos de tiempo sucesivos no puede corregirse con un análisis multivariante. Menos aún si se tiene en cuenta que sólo hubo 170 pacientes en cada grupo, que de los 466 pacientes se excluyeron 133 y que se consideraron para el estudio los casos de EI y no los pacientes con EI. Para un estudio con diseño experimental hubiera sido necesario un tamaño muestral grande y multicéntrico, pero esto hubiera sido, en contra de lo que argumentan los autores, más correcto.
Los datos del estudio, aunque modestos, quizá hubieran arrojado algo de luz sobre la protocolización de la EI si los autores, en vez de argumentar contra lo que hubiera sido el diseño óptimo, hubieran asumido las innumerables limitaciones de sus datos. En realidad, no hay ningún dato que sugiera que el protocolo utilizado en este estudio sea mejor que otro que se ajuste a las guías de práctica clínica. Lo único que muestra claramente este trabajo es que hacer las cosas bien es mejor que hacerlas mal. Pese a todo, parece evidente que protocolizar el manejo de la EI y formar grupos multidisciplinarios es un objetivo cargado de sentido.
Referencia
Dramatic Reduction in Infective Endocarditis–Related Mortality With a Management-Based Approach
- Elisabeth Botelho-Nevers, Franck Thuny, Jean Paul Casalta, Hervé Richet, Frédérique Gouriet, Frédéric Collart, Alberto Riberi, Gilbert Habib, Didier Raoult.
- Arch Intern Med. 2009;169(14):1290-1298.