Estudio en el que se analiza el consumo dietético de sal y su relación con el desarrollo de hipertensión arterial.
Una dieta alta en sodio tiene poco efecto a corto plazo sobre la presión arterial en personas no hipertensas, pero, por razones poco claras, su consumo prolongado se asocia con la hipertensión. Los autores intentan establecer la relación entre el consumo de sal y la hipertensión arterial mediante la hipótesis de que una ingesta crónica elevada de sodio se asociaría con un aumento en los marcadores de disfunción endotelial. Para este fin, los autores utilizan el ácido úrico (AU) en suero y la excreción de albúmina urinaria (EAU). Además los autores esperan encontrar que una ingesta elevada de sodio se asocia con una mayor incidencia de hipertensión entre aquellos con mayor AU y EAU.
Se analizó de manera prospectiva la asociación entre la ingesta de sodio y el cambio en el AU (n = 4.062) y EAU (n = 4.146) entre los participantes del estudio PREVEND (Prevention of Renal and Vascular End Stage Disease) que no estaban tomando antihipertensivos. También se analizó la asociación entre la ingesta de sodio y la incidencia de hipertensión (n = 5.556) entre los participantes no hipertensos. El seguimiento medio de los pacientes fue de 6,4 años. Después de ajustar por los factores de confusión, cada gramo de ingesta de sodio se asoció con un aumento de 1,2 mmol/l en el AU (P = 0,01) y un aumento de 4,6 mg/d en la EAU (p <0,001). La relación entre la ingesta de sodio y la incidencia de hipertensión variaba de acuerdo con el AU y la EAU, de tal forma que por cada gramo de consumo de sodio, la razón de riesgo ajustada para el desarrollo de la hipertensión arterial fue de 0,98 (intervalo de confianza 95%, 0,89-1,08) entre los del tercil más bajo de la AU y 1,09 (1,2 a 1,16) entre los del tercil más alto. Las proporciones de riesgo correspondientes para la EAU fue de 0,99 (intervalo de confianza 0,93-1,06) entre los participantes cuya EAU fue 15 mg/día.
Con estos datos los autores concluyen que el consumo de sodio a largo plazo da lugar a un incremento en el AU y la EAU, y entre aquellos pacientes con niveles más elevados de estos marcadores, una mayor ingesta de sodio es un factor de riesgo independiente para el desarrollo de hipertensión.
Comentario
Los resultados del estudio publicado esta semana en Circulation demuestran que una elevada ingesta de sodio durante un largo período de tiempo se asocia con el aumento de ácido úrico y de la excreción de albúmina en la orina, los cuales se consideran marcadores de daño endotelial vascular. Los valores de ambos marcadores se elevan con la edad, pero lo que se ha visto en el estudio es que en la cohorte de personas, sin hipertensión al inicio del estudio, estos valores aumentan más rápidamente en las personas que consumen más sodio. Aunque el efecto del consumo de sodio sobre la excreción urinaria de albúmina ya se había descrito, la relación con los niveles de ácido úrico no era conocida.
Los sujetos que tenían una ingesta elevada de sal en comparación con aquellos con ingesta de sal baja tenían un riesgo mayor de hipertensión si tenían niveles más altos de excreción de albúmina en la orina y de ácido úrico en suero, sin embargo, en las personas en las categorías más bajas de la excreción de albúmina en la orina y de ácido úrico en suero no hubo asociación entre la ingesta de sodio y el riesgo de desarrollar hipertensión, lo que sugiere que son las personas que tienen algún tipo de nivel de daño vascular las que, si comen una dieta alta en sal, tienen un riesgo elevado de desarrollar hipertensión.
Referencia
- John P. Forman, Lieneke Scheven, Paul E. de Jong, Stephan J.L. Bakker, Gary C. Curhan, Ron T. Gansevoort.
- Circulation 2012; 125: 3108-3116.