Se trata de un artículo realizado en nuestra revista, cuyo objetivo es evaluar la influencia de la insuficiencia mitral isquémica en la evolución de los pacientes que han presentado un primer infarto sin elevación del segmento ST.
Con esa finalidad, los autores incluyen prospectivamente en el estudio a 237 pacientes dados de alta en clase funcional I o II de la NYHA, tras un primer episodio de infarto de miocardio sin elevación del ST (IAMEST). Durante el ingreso hospitalario se lleva a cabo un ecocardiograma completo, que permite excluir aquellos enfermos con valvulopatía mitral estructural, prótesis valvulares, hipertrofia ventricular izquierda importante o complicaciones mecánicas del infarto. De esta forma, se seleccionan aquellos pacientes sin patología mitral o los que sólo tienen insuficiencia mitral isquémica, de cualquier grado (40%). Además, en ese momento índice, se clasifica al paciente según el grado de insuficiencia mitral que presente. El tratamiento intrahospitalario de los pacientes lo realiza el médico responsable, ajustándose a las recomendaciones actuales. Se recogen los eventos clínicos (reingresos por angina, insuficiencia cardiaca, reinfarto o fallecimiento) durante un largo seguimiento (mediana de más de 1.000 días).
Tras realizar el análisis estadístico, incluyendo todas las variables resultado y aplicando modelos multivariados, existe durante el seguimiento un peor pronóstico en los enfermos con insuficiencia mitral isquémica, con una probabilidad más de dos veces superior de presentar cualquiera de las complicaciones clínicas ya mencionadas (tasa de riesgos o hazard ratio de 2,17 para el evento combinado, con un intervalo de confianza del 95% de 1,3-3,64, p=0,003). Estos resultados se mantienen incluso analizando por separado la cohorte con regurgitación mitral leve, en comparación con no padecerla. Con los datos anteriores, los autores concluyen que la insuficiencia mitral isquémica, tras un primer IAMEST, se constituye, entre otros, como un factor de riesgo independiente de mal pronóstico a largo plazo.
Comentario
Nos encontramos con un estudio que intenta ajustarse de manera clara a la práctica del día a día. Clásicamente, la insuficiencia mitral isquémica se ha presentado como una complicación frecuente considerada factor de mal pronóstico, sobre todo en series anglosajonas, y referida predominantemente a infartos con elevación del ST. La frecuencia creciente de los infartos sin elevación del ST (no por ello con menor mortalidad), las diferencias poblacionales y las nuevas terapéuticas instauradas en los últimos años (inhibidores de la glicoproteína IIb/IIIa, revascularización percutánea precoz, etc.), hacen razonable contar con datos de pacientes de nuestro entorno. Desde ese punto de vista, y con la información que nos proporciona este trabajo de Revista Española de Cardiología, parece recomendable realizar en todos los pacientes un estrecho seguimiento e implementar los tratamientos recomendados de manera rigurosa, aunque por supuesto, individualizada, ya que parece que dicha valvulopatía expresaría una alteración miocardiopática subyacente significativa. La insuficiencia mitral después de un IAMEST, aunque sea leve, tiene un importante significado pronóstico.
Referencia
- I.J. Núñez Gil, L. Pérez Deisla, J.C. García-Rubira, A. Fernández-Ortiz, J.J. González Ferrer, D. Vivas, de Agustín Loeches J.A., C. Macaya, y J. Zamorano.
- Rev Esp Cardiol. 2009 Nov;62(11):1267-1275.