¿De qué se trata?
Estudio diseñado para comprobar comparativamente con el LDL el riesgo coronario asociado con el colesterol no-HDL, los triglicéridos (TG) y el cociente colesterol total (CT)/HDL.
J Am Coll Cardiol 2010 55: 35-41
Para ello se utilizaron los datos del estudio EPIC-Norfolk, en el que se incluyeron 21.448 pacientes sin diabetes ni enfermedad cardiovascular previa, con edades comprendidas entre 45 y 79 años, con un seguimiento de 11 años. Durante este tiempo, en 2.086 pacientes apareció enfermedad cardiovascular. En aquellos pacientes con LDL 130 mg/dl) registraban un riesgo incrementado de aparición de eventos cardiovasculares (HR 1,84 [1,12-3,04]). De la misma forma, los niveles elevados de TG (>150 mg/dl) y del cociente CT/HDL (>5) presentaron un riesgo incrementado. El riesgo asociado por cada incremento en una desviación estándar del colesterol no-HDL fue estadísticamente superior del alcanzado por cada incremento en una desviación estándar de los niveles de TG o CT/HDL. Cuando los niveles de colesterol no-HDL fueron tenidos en cuenta, los niveles de LDL ya no fueron útiles para discriminar aquellos pacientes que desarrollarían enfermedad cardiovascular.
Con estos datos, los autores concluyen que, independientemente de los niveles de LDL, los pacientes con colesterol no-HDL, TG o CT/HDL elevados presentan un riesgo incrementado de enfermedad cardiovascular. Por ello, tanto los algoritmos del cálculo de riesgo cardiovascular como los objetivos del tratamiento deberían ser revisados para incluir estos parámetros.
Comentarios
En este estudio de sujetos sanos se ha observado que parámetros lipídicos distintos del tradicional LDL son incluso predictores más potentes del riesgo cardiovascular. Incluso en pacientes en los que se han alcanzado los objetivos marcados por las guías (LDL130 mg/dl tienen un riesgo incrementado de sufrir un evento cardiovascular, por lo que sería interesante revisar las recomendaciones actuales y los objetivos de tratamiento. La ventaja del colesterol no-HDL frente al LDL es que mide todas las apolipoproteinas aterogénicas, incluyendo LDL, VLDL y, en menor medida, ILDL, lipoproteína A, quilomicrones y remanentes de los quilomicrones, además de no ser costosa su determinación (al contrario que la medición de los niveles de ApoB). Dada la superioridad de los niveles de colesterol no-HDL frente a cualquier otra determinación lipídica y el beneficio demostrado de los tratamientos que los reducen, parece razonable que se utilice este parámetro para la guía de las estrategias de prevención cardiovascular.
Referencia
- Benoit J. Arsenault, Jamal S. Rana, Erik S.G. Stroes, Jean-Pierre Després, Prediman K. Shah, John J.P. Kastelein, Nicholas J. Wareham, S. Matthijs Boekholdt, Kay-Tee Khaw.
- J Am Coll Cardiol 2010 55: 35-41