¿De qué se trata?
Este estudio es una nueva evaluación de la relación entre la ingesta de pescado y la aparición de episodios coronarios agudos en sujetos asintomáticos.
European Heart Journal 2010 31(1):29-34
Los autores de este trabajo hicieron un análisis de los datos del estudio Diet, Cancer and Health, que fue una iniciativa de la Sociedad Danesa de Cáncer, que reclutó una cohorte amplia de 57.053 sujetos sanos de entre 50 y 64 años (con una proporción muy cercana al 50% entre hombres y mujeres), nacidos en Dinamarca, para buscar relaciones entre los patrones de alimentación, obtenidos por medio de un cuestionario muy detallado sobre hábitos dietéticos, y la aparición de diferentes tipos de cáncer durante un seguimiento promedio de 7,6 años. En este subestudio, tras obtener los datos sobre los patrones de consumo de pescado, evaluaron la aparición de episodios coronarios agudos en la población con datos obtenidos en la base nacional de ingresos hospitalarios.
Se identificaron un total de 1.122 casos de síndrome coronario agudo. Entre los hombres, la ingesta de pescado graso (azul, como el atún) se asoció con un riesgo menor de presentar problemas coronarios, ya que el riesgo relativo de los sujetos situados en el quintil más alto de ingesta de pescado fue sólo el 0,67 (IC 95% 0,53-0,85) del riesgo de los sujetos situados en el quintil más bajo. Esta relación protectora se apreció en los sujetos con una ingesta superior a 6 gramos/día, sin un beneficio adicional obvio en las personas con consumo más alto. La ingesta de pescado magro (blanco) no tuvo relación con la incidencia de síndromes coronarios agudos. En el grupo de mujeres hubo menos episodios coronarios agudos, por lo que los datos fueron menos consistentes.
Comentarios
Los resultados de este estudio aportan una evidencia adicional a lo que ya es un gran número de artículos epidemiológicos que demuestran una incidencia menor de mortalidad y aparición de síndromes coronarios agudos en sujetos asintomáticos que toman pescado graso. Esta serie de artículos se inició en 1985, al observarse una bajísima incidencia de enfermedad coronaria entre los esquimales, y ha sido la base de toda la investigación que se realizada sobre de los ácidos grasos insaturados (como los famosos omega 3). Incluye grandes series como el US Phisicians Health Study, en el que se comprobó que la ingesta de una cantidad de pescado tan pequeña como una ración a la semana se asociaba a una reducción del 48% de muerte súbita en un grupo de 20.550 médicos norteamericanos; también es destacable el Nurse’s Health Study, que siguió a 84.688 enfermeras durante 16 años, comprobando que las mujeres que tomaban pescado tenían un riesgo menor de muerte de enfermedad cardiovascular, reducción que resultaba más marcada en los grupos de mujeres con mayor ingesta habitual. También existe un metaanálisis reciente, incluyendo datos de 222.364 sujetos seguidos en promedio 11,8 años, comprobando que existe una relación inversa entre la toma de pescado y la cardiopatía isquémica, de tal manera que cada incremento de 20 gramos diarios en la ingesta de pescado se asoció a una reducción del 7% de muerte cardiovascular. Como es bien sabido, las guías de prevención de enfermedad cardiovascular recomiendan una dieta con un consumo moderado de grasas (que aporte menos del 30% de la ingesta energética total), en la que predominen grasas mono y poliinsaturadas del pescado y los vegetales sobre las grasas saturadas de origen animal.
Referencia
Fish intake and acute coronary syndrome
- Bjerregaard LJ, Joensen AM, Dethlefsen C, Jensen MK, Johnsen SP, Tjønneland A, Rasmussen LH, Overvad K, Schmidt EB.
- European Heart Journal 2010 31(1):29-34