¿De qué se trata?
Tradicionalmente se ha considerado la cirugía de revascularización coronaria como el método de elección en el paciente diabético con enfermedad multivaso. Sin embargo, con los avances realizados en la angioplastia ya no está tan claro cuál es el método de elección.
J Am Coll Cardiol 2010;55:432–40
El estudio CARDia tiene como objetivo la comparación entre la angioplastia coronaria con implante de stents y la cirugía cardiaca en pacientes diabéticos con enfermedad coronaria multivaso sintomática. Se incluyeron 510 pacientes diabéticos con enfermedad multivaso o enfermedad de un único vaso pero con gran complejidad, y se aleatorizaron a cirugía de revascularización coronaria o angioplastia percutánea con implante de stents (inicialmente metálicos y posteriormente farmacoactivos) y utilización rutinaria de abciximab. El objetivo primario fue el combinado de mortalidad por cualquier causa, infarto de miocardio y accidente vascular cerebral (ACV). Como objetivo secundario, la combinación del objetivo primario y la necesidad de nueva revascularización. Se utilizó un diseño de no inferioridad, de tal forma que para considerar a la angioplastia no inferior a la cirugía, el límite superior del intervalo de confianza del 95% (IC95%) debía ser inferior a 1,3.
Tras un año de seguimiento, el objetivo primario se alcanzó en el 15% del grupo quirúrgico y en el 13% del grupo revascularizado percutáneamente (HR 1,25; IC95% 0,75-2,09; p=0,39). Las tasas de mortalidad total fueron iguales y la combinación de muerte, IAM, ACV o necesidad de nueva revascularización (objetivo secundario) fue del 11,3% y 19,3% (HR: 1,77, IC95%:1,11 - 2,82; p = 0,02). Cuando se compararon los paciente quirúrgicos con el subgrupo de pacientes que habían recibido stents farmacoactivos (69% del total), el objetivo primario se alcanzó en el 12,4% y 11,6% respectivamente (HR: 0,93; IC95% 0,51 - 1,71; p = 0,82).
Comentarios
El estudio CARDia es el primero en el que se compara la estrategia quirúrgica y la percutánea en el paciente diabético sintomático con enfermedad multivaso. Sus resultados al año indican que aunque la angioplastia es una técnica que se puede llevar a cabo con seguridad en estos pacientes, a largo plazo no se ha demostrado la no inferioridad. Respecto al objetivo secundario, la cirugía es significativamente mejor, a expensas sobre todo de una menor necesidad de nueva revascularización. En relación al objetivo primario, el límite superior del IC 95% supera el límite marcado para la no inferioridad, tanto en el grupo global como si consideramos únicamente a los pacientes tratados con stents farmacoactivos de nueva generación. En un subanálisis del estudio BARI ya se observó que el paciente diabético tratado percutáneamente tenía un peor pronóstico que el paciente sometido a cirugía de revascularización tras un seguimiento de cinco años. Por todo ello, y a falta de un seguimiento más largo de los pacientes del estudio CARDia, a tenor de este trabajo aún no podemos afirmar que la angioplastia sea mejor que la cirugía en este grupo de pacientes.
Referencia
- Akhil Kapur, Roger J. Hall, Iqbal S. Malik, Ayesha C. Qureshi, Jeremy Butts, Mark de Belder, Andreas Baumbach, Gianni Angelini, Adam de Belder, Keith G. Oldroyd, Marcus Flather, Michael Roughton, Petros Nihoyannopoulos, Jens Peder Bagger, Kenneth Morgan, Kevin J. Beatt
- J Am Coll Cardiol 2010;55:432–40