La administración de betabloqueantes se ha asociado, concluyentemente, con una mayor supervivencia en pacientes con insuficiencia cardiaca (reducen mortalidad en torno a un 35%). A pesar de ello, es frecuente su infrautilización en diversos escenarios clínicos, como los ancianos.
De esta manera, la infrautilización de los betabloqueantes puede influir en la elevada mortalidad que la insuficiencia cardiaca conlleva en dicha población. El objetivo de los autores del presente trabajo español, pertenecientes al grupo OBELICA, fue determinar si un programa formativo específico permitía modificar los hábitos prescripcionales de un grupo de médicos de atención primaria, en relación a un grupo de pacientes ancianos con insuficiencia cardiaca.
Para ello, diseñaron un estudio aleatorizado, comparativo, que incluyó finalmente 619 pacientes, mayores de 70 años, dados de alta de 53 hospitales españoles con el diagnóstico de insuficiencia cardiaca, independientemente de su FEVI. Posteriormente, realizaron una asignación aleatoria para impartir un programa de intervención y formación sobre betabloqueantes en 146 centros (otros 146 centros constituyeron el grupo control) de atención primaria.
Sin diferencias demográficas entre los pacientes (42% mujeres, con 78 años de edad media), de FEVI, ni tampoco en los tratamientos al alta hospitalaria, se observó que el porcentaje de pacientes que recibían la dosis máxima diaria (10 mg bisoprolol y nebivolol, 50 mg carvedilol) a los 3 meses de alta fue mayor en el grupo de formación (49 vs. 38%, p=0,014), alcanzando un HR 2,46. En la recogida de eventos durante el seguimiento, aunque fueron más frecuentes en los pacientes del grupo control, no se alcanzaron diferencias estadísticamente significativas. Por tanto, los autores concluyeron que un programa de formación mejora el uso de los betabloqueantes en atención primaria.
Comentario
En los últimos años con la aparición de las guías de práctica clínica se ha establecido una tendencia global a estandarizar el tratamiento de los pacientes, siguiendo ciertos protocolos de actuación, desarrollados por consenso y modelados por los datos existentes en la literatura científica. Estas normas de actuación, aunque no constituyan una verdad absoluta aplicable 100% a todos los enfermos, han supuesto una mejora notable de la calidad de la asistencia, así como de los resultados. Esto se pone de manifiesto en los trabajos que han comparado la evolución de los pacientes en virtud de la adherencia de los médicos a las guías de práctica clínica.
La utilización de los betabloqueantes es un ejemplo de los anterior, vienen reflejados extensamente en las guías tanto americanas, como europeas sobre insuficiencia cardiaca, a pesar de lo cual, en ocasiones su uso es inferior al deseable. El valor del trabajo que presentamos es cómo un sencillo programa de intervención, permite mejorar, en poco tiempo, la infrautilización de este tipo de fármacos (avalados por el estudio SENIORS) en una población compleja, pero muy creciente, como es la de los pacientes añosos con insuficiencia cardiaca.
Aunque no es capaz de mostrar específicamente una mejoría estadísticamente significativa, a los 3 meses, en el pronóstico de los pacientes estudiados, el beneficio parece claro tras leer la sección de resultados.
Recientemente, como señalan los autores, el programa OPTIMIZE-HF demostró que es posible mejorar el tratamiento, farmacológico o no, así como el pronóstico de los pacientes tras un ingreso hospitalario por insuficiencia cardiaca, mediante medidas educativas y formativas dirigidas a personal médico y de enfermería.
Referencia
- Anguita Sánchez M, Jiménez-Navarro M, Crespo M, Alonso-Pulpón L, de Teresa E, Castro-Beiras A, Roig E, Artigas R, Zapata A, López de Ulibarri I, y Muñiz J.
- Rev Esp Cardiol. 2010; 63:677-685.