¿De qué se trata?
Resultados del estudio DAPC en los que se estudia el efecto del cilostazol en comparación con aspirina en la progresión del grosor íntima medio carotídeo.
Circulation. 2010;121:2584-2591
Los fármacos antiagregantes, especialmente la aspririna, son ampliamente utilizados en la población diabética para la prevención cardiovascular, sin embargo, la eficacia y la utilidad de dos fármacos antiplaquetarios diferentes, la aspirina y cilostazol, en la progresión del engrosamiento íntima-media carotídeo se desconoce.
El objetivo del estudio DAPC es la comparación de esos dos tratamientos en el paciente diabético con el objetivo de prevenir la progresión de la aterosclerosis, medida mediante el grosor íntima medio carotídeo. Para ello se incluyeron un total de 329 pacientes diabéticos tipo 2 con sospecha de enfermedad arterial periférica, los cuales fueron asignados a aspirina (81 a 100 mg/d) o cilostazol (100 a 200 mg/d). Los pacientes fueron seguidos durante dos años y se analizaron los cambios en el grosor íntima media carotídeo de la arteria carótida común. La regresión en los diámetros máximos y medios de las arterias carótidas comunes izquierda y derechas fueron superior con cilostazol en comparación con AAS (máx izdo; máx dcho; medio izdo; medio dcho: -0,088 ± 0,260 vs. 0,059 ± 0,275 mm, p <0,001; -0,042 ± 0,274 vs. 0,045 ± 0,216 mm, p = 0,003; -0,043 ± 0,182 vs.0,028 ± 0,202 mm, p = 0,004 y -0,024 ± 0,182 vs. 0,048 ± 0,169 mm, p <0,001). Tras ajustar por posibles factores de confusión en un análisis de regresión el cilostazol, continuaba siendo superior al tratamiento con aspirina para la regresión del grosor íntima medio carotídeo.
Comentarios
Cilostazol es un inhibidor de la fosfodiesterasa III con propiedades antiagregantes, antitrombóticas, y vasodilatadoras, y está indicado para el tratamiento de la claudicación intermitente. Los resultados del estudio presentado, sugieren que el cilostazol también es un agente antiaterosclerótico más eficaz que la aspirina y además, consiguió una regresión de los grosores máximo y medio carotídeos, lo que sugiere que podría incluso invertir el proceso de la aterosclerosis en sujetos de alto riesgo como los diabéticos. Estos efectos pueden ser debidos en parte a los efectos del cilostazol sobre el perfil lipídico, con un incremento del colesterol HDL y una reducción de los triglicéridos, no observada en el grupo de AAS, pero las diferencias se mantienen incluso tras ajustar por estos parámetros, por lo que el mecanismo por el que el cilostazol actuaría sobre el proceso de aterosclerosis continúa siendo desconocido.
Estos resultados son importantes y deberán ser confirmados en nuevos estudios, incluyendo eventos cardiovasculares, pero contribuyen a ampliar nuestras alternativas de prevención cardiovascular en pacientes de alto riesgo, más allá de la aspirina.
Referencia
- Naoto Katakami; Young-Seol Kim; Ryuzo Kawamori,; Yoshimitsu Yamasak
- Circulation. 2010;121:2584-2591