La relación entre niveles séricos de colesterol y el desarrollo de cánceres es un tema en discusión y objeto de intensa investigación, sobre todo en la era actual de tratamiento intensivo hipolipemiante.
Hasta la fecha, los estudios publicados sobre este tema se han referido principalmente a los niveles totales de colesterol sérico y la incidencia de cáncer. Más recientemente se han publicado datos sobre la supuesta relación inversa entre los niveles de colesterol de baja densidad (el malo, LDL-C) y las tasas de incidencia de cáncer en ensayos clínicos con estatinas, de manera que niveles más bajos de LDL-C se acompañaban de más tasas de cáncer.
La contribución de las lipoproteínas de alta densidad (colesterol bueno o HDL) al desarrollo de las enfermedades cardiovasculares es importante, suponiendo un factor de riesgo (cuando sus niveles son bajos) de desarrollarlas, de manera independiente a los niveles de LDL. Sin embargo, sólo unos pocos estudios han tratado realmente su relación con el desarrollo de cáncer, haciéndolo además con resultados contradictorios.
En el presente trabajo, los autores llevan a cabo una búsqueda sistemática en MEDLINE hasta septiembre 2009 y efectúan una metaregresión de datos obtenidos de ensayos clínicos con los siguientes criterios de inclusión: idioma inglés, al menos 1.000 personas-año de seguimiento, datos sobre HDL basal e incidencia de cáncer.
De todos los artículos que encuentran, se analizan finalmente 24 trabajos (76.265 pacientes en el grupo de intervención y 69.478 en el control). La mediana de seguimiento fue de 5 años, con un seguimiento total de 625.477 personas-año y 8.185 cánceres incidentes. Los niveles medianos de HDL fueron de 44 mg/dl. Tras analizar los datos (metaregresión de efectos aleatorios) se observa una asociación inversa, estadísticamente significativa, entre los niveles basales de HDL-C y la tasa de cáncer incidente (p=0,018). La asociación inversa persiste tras efectuar el ajuste por LDL basales, edad, índice de masa corporal, diabetes, género, hábito tabáquico, de manera que ante el incremento de 10 mg/dl de HDL-C, se encuentra una disminución del 36% (95% IC 24%-47%) en cuanto al desarrollo de cáncer (p<0,001).
Por ello, los autores concluyen que existe una relación inversa, significativa, entre niveles de HDL y el desarrollo de cánceres, independiente de niveles de LDL, edad, sexo y tabaco.
Comentario
El presente estudio abarca el interesante tema de la posible relación entre niveles de HDL y el desarrollo de cánceres. Aunque se trata del trabajo que incluye más pacientes sobre el particular, su base fundamentalmente se apoya en datos obtenidos de ensayos clínicos a nivel "trial", lo que quiere decir que no tienen acceso a los datos de los pacientes individuales. Esto junto a otras limitaciones, como sólo incluir trabajos en inglés, o poner un punto de corte arbitrario – 1.000 pacientes-año, que no justifican-, junto a un seguimiento mediano relativamente corto para el desarrollo de tumores y la inclusión de ensayos muy heterogéneos que emplean diversos fármacos (distintas estatinas o incluso fibratos) por ejemplo, aconseja mucha precaución a la hora de interpretar los hallazgos.
Sin embargo, hay que reconocer que otros trabajos, como el estudio ATBC (Alpha Tocopherol Beta Carotene Cancer Prevention) o el ARIC (Atherosclerosis Risk in Communities) han sugerido relaciones en la misma línea, éste último en concreto, entre HDL y cáncer de mama, en mujeres premenopáusicas que no en postmenopaúsicas. En cambio, curiosamente, en un estudio noruego, Furberg et al, sostienen la relación entre HDL y cáncer de mama en postmenopáusicas.
El principal problema al leer este sugestivo ejercicio estadístico, es que quedan muchas más preguntas por explicar de las que responde. Se trata del mismo grupo de investigadores que en su día postuló la relación entre niveles bajos de LDL y cáncer (con un metanálisis publicado en JACC en 2008), pero a pesar de su evidente interés por el tema, no son capaces de esbozar una teoría atractiva sobre porqué el HDL se relaciona inversamente con cáncer (sugieren un vago efecto ateroprotector, efecto antiinflamatorio?), y desgraciadamente tampoco entran a discutir el potencial efecto de los fármacos hipolimemiantes sobre el desarrollo de tumores, algo que se echa de menos y es de candente actualidad.
Referencia
- Jafri H, Alsheikh-Ali AA, y Karas RH.
- J Am Coll Cardiol. 2010; 55:2846-2854.