Clásicamente, en el diagnóstico y estratificación de los síndromes coronarios agudos se han ido empleando varios biomarcadores esenciales como la creatin kinasa MB, la mioglobina y las Troponinas T e I.
Sin embargo, a pesar de la creciente sensibilidad y especifidad de los nuevos métodos, es necesario que transcurra un cierto periodo de tiempo (a veces de 6 a 12h) hasta que se puede detectar la elevación en sangre de dichos marcadores. La importancia de un manejo precoz y adecuadamente orientado en este tipo de pacientes hace necesario continuar con la investigación de herramientas que permitan diagnósticos más precoces.
Los péptidos señal son moléculas que desempeñan la función de dirigir las preproteínas nacientes a través del proceso de traslación por en retículo endoplásmico.
Una vez que el proceso madurativo ha concluido se pensaba que los péptidos señal se degradaban dentro de la célula, sin salir al exterior. Sin embrago, algunos trabajos han demostrado que parte de ellos saldrían al citosol e incluso fuera de la célula en ciertas circunstancias.
El péptido señal del BNP (BNP-sp) interviene en la maduración del BNP, que es una proteína producida preferentemente en el corazón. Los investigadores, teniendo en cuenta el uso clínico actual del BNP y derivados (Ej. NT proBNP), se plantean si el BNP-sp se podría detectar en sangre y en qué circunstancias.
Con esa finalidad, los investigadores elaboran un método (inmunoensayo) y unos anticuerpos para cuantificar la cantidad de BNP-sp en tejido cardiaco de algunos corazones explantados (trasplante cardiaco) y en sangre de voluntarios sanos y varios grupos de pacientes, entre ellos en el seno de un infarto agudo de miocardio con elevación del ST (n=25), con alteraciones tiroideas, insuficiencia renal crónica, insuficiencia cardiaca, y algunos sometidos a un cateterismo. Considerando como niveles anormales aquellos por encima del percentil 99 de los valores normales, son capaces de detectar BNP-sp en sangre antes que otros marcadores clásicos, como CK-MB, mioglobina o troponina. Con los datos preliminares que aporta este trabajo se alcanza un área bajo la curva de 0,97 (p<0,001), con una sensibilidad del 96 % y una especificidad del 95% para un corte establecido en 0,03 ug/l.
De manera llamativa, los pacientes con distiroidismos o insuficiencia cardiaca no mostraron niveles de BNP-sp diferentes de los controles sanos.
Por tanto, los autores concluyen que el BNP-sp (17-26) existe no sólo en el tejido cardiaco sino que también en el torrente circulatorio lo que podría utilizarse para llevar a cabo diagnósticos clínicos más precoces en el campo de la isquemia cardiaca y el infarto agudo de miocardio.
Comentario
El BNP es una hormona peptídica, producida en el corazón con una amplia variedad de efectos, incluyendo natriuresis, relajación vascular, inhibición de renina y aldosterona, mejoría de la relajación miocárdica, inhibe la fibrosis y la hipertrofia, y promueve angiogénesis, y la supervivencia celular, contando además con propiedades antiinflamatorias.
Independientemente de sus potenciales usos como terapéutica más o menos experimental (Ej. nesiritide), su determinación en sangre circulante, se emplea de manera rutinaria como marcador de insuficiencia cardiaca.
La potencial utilización de uno de sus péptidos señal (BNP-sp, 17-26) determinado en sangre circulante (concepto novedoso, ya que se pensaba que éstos permanecían dentro de las células) abre unas puertas insospechadas, tanto en el campo de la isquemia miocárdica como en otros terrenos. Por supuesto, en este punto es necesario abrazar ciertas precauciones y limitaciones inherentes a toda técnica nueva, al pequeño número de casos que incluye el presente estudio y al significado incierto de la posible secreción del BNP-sp en otros tejidos distintos al cardiaco (como el cerebro o el riñón), respecto a su muy plausible su empleo en un futuro cercano.
Según reconocen los autores y el excelente editorial adjunto que acompaña al artículo, hacen falta estudios más extensos para recomendar su uso rutinario en la práctica clínica del día a día.
Referencia
- Siriwardena M, Kleffmann T, Ruygrok P, Cameron VA, Yandle TG, Nicholls MG, Richards AM, y Pemberton CJ.
- Circulation. 2010; 122:255-264.