En este estudio se analizan los resultados a largo plazo del implante de una prótesis percutánea aórtica en una cohorte amplia de pacientes con un seguimiento mínimo de al menos tres años.
Los autores analizaron un grupo de 70 pacientes en los que se hubo implantado con éxito una prótesis aórtica percutánea (78% procedimientos con implante transfemoral y 22% con implante transapical) y que habían sobrevivido al primer mes tras el implante. Los pacientes incluidos tenían la principal indicación aceptada actualmente para el procedimiento, es decir, eran pacientes con estenosis aórtica severa en los que se había rechazado la cirugía por alto riesgo asociado a una comorbilidad importante. Los pacientes fueron seguidos durante un periodo de al menos tres años.
La tasa de supervivencia para el grupo con un seguimiento promedio de 3.7 años fue del 57% (81% al año, 74% a los dos años, 61% a los tres años) y en la práctica totalidad del grupo (98,5%, hubo un caso de endocarditis) no fue necesario un nuevo procedimiento quirúrgico. Analizando todos los datos durante el periodo de inclusión, 11 pacientes fallecieron durante el primer mes y en ocho ocasiones el implante no fue posible. Incluyendo en el análisis también a estos pacientes, la supervivencia global del grupo fue del 51%. En cuanto al comportamiento hemodinámico de las válvulas, tanto el gradiente transaórtico (que pasó de 10,0 a 12,1 mm Hg) como el área valvular efectiva (que pasó de 1,7 cm2 a 1,4 cm2) se modificaron sólo ligeramente; además la insuficiencia aórtica, que era mínima o ligera en la gran mayoría de los pacientes (84%) tras el implante no aumentó durante el seguimiento. No hubo casos de deterioro, fractura o deformación significativa de la válvula.
Comentario
El implante de prótesis aórticas percutáneas es sin duda uno de los principales avances en la terapéutica actual. Como es bien conocido, los resultados iniciales, obtenidos en estudios de pequeño tamaño y en pacientes de alto riesgo en los que se desestimó la posibilidad de cirugía, son más que esperanzadores y han hecho que el procedimiento se haya convertido en una opción de tratamiento en este grupo restringido y seleccionado de pacientes. Nuestro estudio actual presenta los datos del seguimiento de una cohorte amplia seguido durante un periodo largo. Los datos son espectaculares, con una tasa de supervivencia muy llamativa, en especial cuando se tiene en cuenta que se trata de un grupo de pacientes mayores (edad promedio 84 años) y con una comorbilidad importante (EuroSCORE medio 31,7%). Además, el comportamiento hemodinámico de la válvula sugiere que no existe un deterioro significativo al menos durante este periodo inicial de cuatro años de seguimiento tras el implante. Estos resultados son concordantes con los datos previos en la literatura y desde luego añaden combustible al entusiasmo por el procedimiento y a la posibilidad de ampliar sus indicaciones en un futuro próximo.
Referencia
- Gurvitch R, Wood DA, Tay EL, Leipsic J, Ye J, Lichtenstein SV, Thompson CR, Carere RG, Wijesinghe N, Nietlispach F, Boone RH, Lauck S, Cheung A, Webb JG.
- Circulation. 2010; 122:1319-1327.