Este es un artículo realmente interesante que recoge los datos de un estudio multicéntrico realizado en nuestro país en el que se analizó la incidencia y los factores implicados en la suspensión del tratamiento antiagregante tras el implante de un stent farmacoactivo.
Circulation. 2010; 122:1017-25
Los autores obtuvieron de manera prospectiva los datos de 1.622 pacientes en 29 hospitales que habían recibido al menos un stent farmacoactivo y analizaron los factores relacionados con la suspensión del tratamiento antiagregante en el periodo de 12 meses en el que existe la indicación de doble antiagregación.
Durante el primer año tras el implante del stent un total de 234 (14.4%) pacientes dejaron de tomar al menos un fármaco antiagregante, en especial el clopidogrel (182 pacientes, 11,8%). Del total del grupo de 234 pacientes, 109 suspendieron la doble antiagregación por presentar un episodio de sangrado o necesitar un procedimiento invasivo; los principales factores relacionados con este hecho fueron el deterioro de la función renal (odds ratio 2,81%), el antecedente de hemorragia importante previa (odds ratio 3,77) y la historia de enfermedad arterial periférica (odds ratio 1,78%).
Un segundo subgrupo de 70 pacientes suspendió la medicación por decisión médica; los principales factores predictores de discontinuación del tratamiento fueron la anticoagulación crónica (odds ratio 3,88), el hecho de que el procedimiento se realizara en un hospital privado (odds ratio 13,3) o de que el paciente no recibiera información sobre la medicación que debiera tomar (odds ratio 2,8). Finalmente, un tercer grupo de 39 pacientes dejó de tomar el tratamiento por decisión propia, en especial entre los pacientes inmigrantes (odds ratio 3,78) o consumidores de drogas de abuso (odds ratio 2,58).
Comentarios
El Dr. Ignacio Ferreira y los cardiólogos de la Unidad de Epidemiología del Servicio de Cardiología del Hospital Vall d’Hebron lideran un amplio grupo de especialistas de nuestro país en un estudio con un resultado más que llamativo: aunque la suspensión del tratamiento antiagregante puede ser necesaria por la aparición de una hemorragia importante o la necesidad de un procedimiento invasivo, en realidad en la mayoría de los casos en los que se suspende el tratamiento la razón no está claramente justificada y se debe a un sangrado menor, a una decisión médica sin relación con el riesgo de sangrado del paciente o bien a la propia iniciativa del paciente. Las características personales del paciente (insuficiencia renal, sangrado previo, enfermedad arterial periférica) se asocian al riesgo de sangrado o de necesidad de cirugía mientras que los rasgos sociales (inmigración, desempleo, consumo de drogas) se asocian con la discontinuación por iniciativa del paciente. Dada la necesidad de un tratamiento antiagregante correcto para reducir el riesgo de trombosis del stent, los datos de este estudio pueden dar pistas a la hora de elegir el tipo de stent a emplear en cada paciente concreto; desde luego son una llamada de atención seria sobre la importancia de explicar adecuadamente la necesidad del tratamiento a los pacientes e incluso de la formación continuada del personal médico con menor familiaridad en el manejo de pacientes con cardiopatía isquémica.
Referencia
- Ferreira-González I, Marsal JR, Ribera A, Permanyer-Miralda G, García-Del Blanco B, Martí G, Cascant P, Martín-Yuste V, Brugaletta S, Sabaté M, Alfonso F, Capote ML, De La Torre JM, Ruíz-Lera M, Sanmiguel D, Cárdenas M, Pujol B, Baz JA, Iñiguez A, Trillo R, González-Béjar O, Casanova J, Sánchez-Gila J, García-Dorado D.
- Circulation. 2010;122:1017-25