En este estudio se comparó la eficacia clínica de diferentes métodos de programación del intervalo AV en los dispositivos de resincronización. Los autores estudiaron un grupo muy amplio de 980 pacientes (68% varones, edad media 66±11 años) con disfunción ventricular (FEVI promedio 25±7%) e indicación clínica de resincronización, en los que el dispositivo se programó en modo DDD y con un intervalo AV siguiendo una de las siguientes tres metodologías:
- Simplemente dejar un intervalo fijo de 120 ms.
- Programar el intervalo AV en función de los datos del ecocardiograma.
- O utilizar un algoritmo automático del dispositivo basado en los electrogramas.
Los pacientes fueron seguidos a los tres y seis meses de evolución y se valoró como objetivo primario la evolución del tamaño ventricular (que es un marcador bien aceptado de remodelado y de respuesta a la resincronización).
A los seis meses de seguimiento, no hubo diferencias significativas en la evolución del volumen ventricular ni en la comparación entre el algoritmo automático y el ecocardiograma ni en la comparación entre el algoritmo automático y la programación fija. Tampoco hubo diferencias en la evolución en otros parámetros que se consideraron como objetivo secundario como la fracción de eyección, la distancia caminada en el test de seis minutos o la clase funcional. Los autores concluyen por tanto que no existe ninguna evidencia que apoye el uso de métodos complejos para la programación del intervalo AV.
Comentario
La programación del intervalo AV ha sido clásicamente uno de los parámetros importantes en el seguimiento de los pacientes portadores de resincronización. La base teórica es que el intervalo AV optimizado hace que la diástole sea más eficiente, y por tanto lo sea también la sístole siguiente. Uno de los métodos más utilizados es la valoración del patrón de flujo diastólico con diferentes intervalos AV. Recientemente ha aparecido la posibilidad de que el propio dispositivo ajustara el intervalo AV en función de un algoritmo automático específico. En este estudio se comparan las dos metodologías con lo más sencillo: no hacer nada (o lo que viene a ser lo mismo, dejar un intervalo AV fijo igual para todos los pacientes) y los resultados son descorazonadores para todos los que han intentado profundizar un poco más en el mecanismo subyacente a la asincronía. Tal vez la principal pega que se le pueda poner al estudio es la corta duración del seguimiento, seis meses, que por otra parte es la típica de la mayoría de estudios en resincronización. Lo que está claro es que tras el fracaso de los estudios PROSPECT (en el que se intentó validar la metodología para evaluar la asincronia intraventricular) los datos del estudio SMART sugieren que tampoco tenemos muy claro lo que significa la asincronia entre aurícula y ventrículo.
Referencia
- Ellenbogen KA, Gold MR, Meyer TE, Fernandez Lozano I, Mittal S, Wagggoner AD, Lemke B, Singh JP, Spinale FG, Van Eyk JE, Whitehill J, Weiner S, Bedi M, Rapkin J, y Stein KM.
- DOI: 10.1161/CIRCULATIONAHA.110.992552.