Anacetrapib es inhibidor de la proteína que transfiere ésteres de colesterol (CETP), cuyo efecto consiste en aumentar las lipoproteínas de alta densidad (HDL) y reducir las lipoproteínas de baja densidad (LDL). Pese a los desenlaces desfavorables ya experimentados con un fármaco similar (torcetrapib), se realizó un estudio con esta nueva molécula, aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo, para evaluar el perfil de eficacia y seguridad de anacetrapib en pacientes con enfermedad coronaria o con alto riesgo de enfermedad cardiaca coronaria.
Se incluyeron pacientes entre 18 y 80 años de edad, con enfermedad coronaria previa o con alto riesgo de enfermedad cardiaca coronaria (Framingham > 20%), con niveles de colesterol LDL entre 50 y 100 mg/dl bajo tratamiento con estatina o sin medicamentos hipolipemiantes, con niveles de colesterol HDL inferior a 60 mg/dl, y con niveles de triglicéridos de 400 mg/dl o menos. Los pacientes fueron aleatorizados a recibir 100 mg de anacetrapib o placebo diariamente durante 18 meses. Los objetivos finales primarios fueron el porcentaje de cambio de LDL a las 24 semanas respecto del basal y la seguridad y perfil de efectos secundarios de anacetrapib a 76 semanas. El cambio en los niveles de HDL fue un objetivo secundario. Los eventos cardiovasculares y muertes fueron adjudicados de forma prospectiva.
Un total de 1.623 pacientes fueron aleatorizados. A las 24 semanas, el nivel de colesterol LDL se redujo de 81 mg/dl a 45 mg/dl en el grupo anacetrapib, en comparación con una reducción de 82 mg/dl a 77 mg/dl en el grupo placebo (p <0,001) (reducción del 39,8% con anacetrapib frente a placebo). Además, los niveles de HDL se incrementaron de 41 mg/dl a 101 mg/dl en el grupo anacetrapib, en comparación con el aumento desde 40 mg/dl a 46 mg/dl en el grupo placebo (p <0,001) (aumento del 138,1% con anacetrapib frente a placebo). A las 76 semanas, no se observaron cambios en la presión arterial o los niveles de electrolitos o aldosterona con anacetrapib en comparación con el placebo. Se registraron eventos cardiovasculares en 16 pacientes tratados con anacetrapib (2,0%) y 21 pacientes que recibieron placebo (2,6%) (p = 0,40), lo que quiere decir que el anacetrapib no estaría asociado con un aumento del 25% en eventos cardiovasculares, como se ve con torcetrapib con una confianza del 94% .
Con estos resultados, los autores concluyen que el tratamiento con anacetrapib consigue un efecto favorable sobre los niveles de colesterol LDL y HDL con un perfil de riesgo aceptable, no observándose los efectos cardiovasculares adversos observados con torcetrapib.
Comentario
Tras los resultados decepcionantes obtenidos con torcetrapib, de nuevo surge una molécula similar que intenta comprobar si los efectos lipídicos favorables se pueden obtener sin un incremento de los eventos adversos cardiovasculares. Efectivamente, los resultados muestran que el fármaco tuvo un efecto rotundo sobre las concentraciones de colesterol LDL y HDL, sin los efectos adversos que caracterizaron a su predecesor. Es importante que no se observara ningún incremento de la presión arterial sistólica, un efecto secundario que se presentaba con torcetrapib, probablemente por el incremento de aldosterona. Tras los resultados previos, este estudio de tolerabilidad se realizó a mediana escala para investigar si anacetrapib mostraría el mismo incremento de episodios cardiovasculares adversos que se observó con el torcetrapib. No ocurrió así y ahora, el estudio es demasiado pequeño para demostrar un beneficio definitivo de anacetrapib frente a placebo. A la vista de estos resultados, se va a realizar un estudio de morbilidad y mortalidad a gran escala, el estudio REVEAL HPS-3 TIMI-55, que tiene prevista la participación de 30.000 pacientes con cardiopatía coronaria tratados con estatinas y tardará un mínimo de cuatro años en concluirse.
Referencia
Safety of Anacetrapib in Patients with or at High Risk for Coronary Heart Disease
- Christopher P. Cannon, Sukrut Shah, Hayes M. Dansky, Michael Davidson, Eliot A. Brinton, Antonio M. Gotto, D.Phil., Michael Stepanavage, Sherry Xueyu Liu, Patrice Gibbons, Tanya B. Ashraf, Jennifer Zafarino, Yale Mitchel y Philip Barter, investigadores del estudio DEFINE.
- N Engl J Med 2010; 363:2406-2415.