Los autores de este estudio multicéntrico, que partían de la base de que la colchicina es un fármaco clásico en el tratamiento de la pericarditis aguda, plantearon la hipótesis de que podría ser también útil en la prevención del síndrome postpericardiotomía, que como es bien conocido, es una complicación relativamente frecuente (entre 10% y 40% de los pacientes) de la cirugía cardiaca.
Los investigadores estudiaron un grupo de 360 pacientes (66% varones, edad media 65,7 años) en los que en al tercer día del postoperatorio de una cirugía cardiaca se inició tratamiento con placebo o con colchicina (1,0 mg dos veces el primer día, seguido de una dosis de mantenimiento de 0,5 mg/12 horas durante un mes, la mitad de la dosis de mantenimiento en pacientes de menos de 70 kilos) de forma aleatorizada y ciega. El principal objetivo fue valorar la aparición de síndrome postpericardiotomía, pero también se analizaron otras complicaciones como taponamiento cardiaco, pericarditis constrictiva o recidivas.
Al final del seguimiento de un año, el tratamiento con colchicina se asoció a una reducción significativa de la aparición de síndrome postpericardiotomía (8,9% frente a 21,1% en pacientes con placebo, p=0,002), con una reducción de un caso por cada ocho pacientes tratados. La colchicina también se asoció a una reducción significativa de otros eventos clínicos asociados (0,6% frente 5,0%, p=0,024). Este efecto beneficioso de la colchicina se consiguió sin unos efectos secundarios importantes, ya que la tasa de complicaciones, y en especial la de intolerancia gastrointestinal, fue similar a la de los pacientes tratados con placebo (8,9% frente a 5,0%, p=0,212.
Comentario
Este es un ejemplo clásico de cómo una hipótesis sencilla y una metodología adecuada consigue un resultado brillante con una traducción clínica inmediata. Los datos del estudio demuestran que el tratamiento con colchicina consigue reducir a la mitad la aparición de una complicación relativamente molesta tras la cirugía cardiaca. Dado que la cocina es un fármaco clásico, barato y que en este contexto se tolera más que aceptablemente, parece razonable plantearse la posibilidad de incluirlo en los protocolos clínicos. De hecho, el estudio ha sido lo suficientemente llamativo como para que el editor de la revista lo haya tramitado por la vía expeditiva y que (a día de hoy) la versión completa del documento esté disponible de forma gratuita en la web.
Referencia
- Imazio M, Trinchero R, Brucato A, Rovere ME, Gandino A, Cemin R, Ferrua S, Maestroni S, Zingarelli E, Barosi A, Simon C, Sansone F, Patrini D, Vitali E, Ferrazzi P, Spodick DH, y Adler Y.
- Eur Heart J (2010) 31 (22): 2749-2754.