Aun siguiendo un tratamiento óptimo de acuerdo a las guías de práctica clínica, la insuficiencia cardiaca (IC) es una patología que presenta elevadas tasas de mortalidad y reingreso. Para intentar minimizar su morbilidad e impacto en la calidad de vida de los pacientes, se han propuesto programas multidisciplinares de seguimiento en diversas modalidades de telemonitorización.
Con resultados diversos, aunque mayoritariamente favorables, existe ya cierta variedad de sistemas de este tipo. Entre otros:
- Monitorización telefónica
- Presencial basado en enfermería especializada
- Basado en equipos multidisciplinares
- Telemonitorización invasiva
Con el estudio CARME se presenta un trabajo prospectivo de intervención (con valoración de número y duración de ingresos hospitalarios por IC y otras causas cardiacas y calidad de vida antes y después tras aplicación de un programa de telemonitorización no invasiva) a través del aparato de televisión de los propios pacientes, mediante el uso de vídeos, encuestas y mensajes motivacionales con periodicidad semanal, quincenal, mensual y trimestral (grupo A - sistema Motiva), comparado con un programa similar al que se añadió automedición de variables biológicas (TA, FC y peso – grupo B sistema Motiva Plus).
Se incluyeron 92 pacientes ambulatorios consecutivos entre julio de 2007 y diciembre de 2008, que cumplieron con los criterios de inclusión (edad >18 años, CF II-IV NYHA, esperanza de vida >1 año, domicilio fijo, acceso a televisión, capacidad para llevar a cabo la telemonitorización y consentimiento informado). Tras un seguimiento medio de 11,8 meses, se observó:
- Una reducción significativa del 67,8% en la hospitalización por IC, y del 57,6% en la hospitalización por otras causas cardiacas
- Una reducción de los días de ingreso por IC del 73,3%, y del 82,9% por otras causas cardiacas
- Un aumento de la percepción de calidad de vida, especialmente significativo en su vertiente física
Comentario
La población estudiada corresponde a la habitual en el seguimiento por Unidades de Insuficiencia Cardiaca con participación de cardiólogos: pacientes relativamente jóvenes (edad media 66,3 ± 11,5 años, mayoritariamente isquémicos (70,6%), con disfunción ventricular (FEVI 36 ± 14%), sintomáticos (CF II NYHA 81,5% y III 18,5%) y bajo tratamiento óptimo (incluyendo farmacológico y de dispositivos) en el momento de la evaluación.
En la inclusión existe un cierto sesgo de selección por cuanto <50% de los pacientes de los pacientes valorados fueron finalmente incluidos por incapacidad para llevar a cabo el programa o negativa al mismo. Además, su tasa de hospitalización por IC en el año previo era significativamente mayor que los que decidieron no participar. Por tanto, es posible que el beneficio observado se concentre en el grupo de población que cuenta con mayor capacidad y motivación para llevar a cabo el programa.
Por otra parte, incluir en la telemonitorización la medición de variables biológicas no añadió diferencias significativas en los end-points con respecto al grupo que no lo hizo, probablemente causado en parte por su bajo cumplimiento (sólo el 51,1% llevó a cabo el seguimiento del peso y el 44,2% de la TA en >80% de los días de seguimiento).
Sólo el grupo B obtuvo diferencias significativas en la reducción de hospitalización y de días de ingreso por IC, aunque también su número de visitas a enfermería y médico en el seguimiento fue significativamente mayor que el del grupo A (de forma que tal vez pudieron beneficiarse de actuaciones ambulatorias que finalmente redundaron en una mejoría de los síntomas, evitando ingresos hospitalarios emergentes).
La principal conclusión es que los sistemas de seguimiento por telemonitorización no invasiva son factibles en nuestro medio, de manera que pueden conseguir reducciones significativas en la morbilidad y deterioro de calidad de vida asociadas a la insuficiencia cardiaca, aditivas a las conseguidas por intervenciones multidisplinarias exhaustivas en el ámbito ambulatorio.
Referencia
- Mar Domingo, Josep Lupóna, Beatriz González, Eva Crespo, Raúl López, Anna Ramos, Agustín Urrutia, Guillem Pera, José M. Verdú y Antoni Bayes–Genis.
- Rev Esp Cardiol, 2011:64(4):277-285.