Los ritmos circadianos (entendidos como oscilaciones diarias en las variables biológicas, en un periodo de 24 horas), se sabe que influencian gran cantidad de procesos patofisiológicos cardiovasculares, incluyendo los infartos agudos de miocardio.
Sin embargo, además de estas diferencias en número de presentación y de la demostración en algunos trabajos publicados con roedores de que el tamaño del infarto también puede ser alterado por la hora del día, no hay datos claros al respecto en humanos.
Por ello, el presente trabajo, de origen español y recientemente publicado en Heart, se plantea la finalidad de determinar el impacto de la variación sueño-vigilia en relación con la aparición de infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST (IAMEST).
Así, los autores analizan, de manera retrospectiva en 811 enfermos consecutivos con un primer IAMEST ingresados en la Unidad Coronaria de su centro, el tamaño del infarto en relación con la hora de aparición del mismo. Para ello, se emplearon los niveles máximos de biomarcadores, determinados en las curvas de seriación de Ck y Tn I.
El tiempo de presentación del IAMEST se divide en el artículo en cuatro periodos de 6 horas cada uno, determinados en función de la literatura previa y apoyándose en la variación de los niveles de biomarcadores obtenidos en la cohorte de estudio, a saber: 0 a 6 h, de 6 a mediodía, de 12 a 18 h y de 18 a 0 h.
Epidemiológicamente, los factores de riesgo cardiovascular clásico fueron similares entre grupos, exceptuando la presencia de HTA y diabetes, que fueron superiores en los pacientes con infarto de 6 a 12 h. Los resultados obtenidos en este trabajo ponen de manifiesto una clara variación circadiana en el tamaño del infarto, objetivándose infartos mayores en la transición noche-día. Las curvas, de tamaño de infarto, medido por Ck y Tn I son totalmente superponibles. Curiosamente, se observa un máximo global en el período de tiempo comprendido entre las 6 h y mediodía, con un incremento en el pico de CK del 18,3% (=0,031) y del 24,6% para la Tn I (p=0,033), cuando se comparan con el periodo de 18 h a medianoche. Asimismo, los pacientes con infartos de localización en la cara anterior, también se vio que tuvieron infartos más grandes.
Cuando se analizó la clínica de los enfermos, los hallazgos fueron congruentes con los sugeridos por las curvas de marcadores de necrosis miocárdica, en el sentido de que se recogieron más enfermos con insuficiencia cardiaca, y disfunción ventricular izquierda.
Con todo lo anterior en mente, los investigadores concluyeron que existe una influencia importante en la hora del día en cuanto a la presentación de infarto de miocardio y su tamaño, siendo mayor en los enfermos que lo sufren en la transición noche-día. Si estos hallazgos se confirmaran, podrían tener un gran impacto a la hora de interpretar los ensayos clínicos sobre cardioprotección e IAMEST.
Comentario
Nos encontramos ante un interesante estudio unicéntrico español, realizado con el apoyo del CNIC (Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares) en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
Es verdad que los datos presentados por estudios epidemiológicos previos han sugerido (y demostrado) la fluctuación circadiana en cuanto a la aparición más frecuente de eventos cardiovasculares a ciertas horas del día, como infartos de miocardio, shock, arritmias malignas, muerte súbita, ictus, disección aórtica y rotura de aneurismas abdominales, que se dan predominantemente en las primeras horas de la mañana. Además, algunos estudios básicos en animales han apuntado en la misma dirección.
La originalidad del estudio que nos ocupa es que además de ser congruente con todas las observaciones previas, sugiere, por primera vez, que los infartos que ocurren a primera hora de la mañana pueden ser de mayor tamaño.
Esta importante observación, de la que además se han hecho eco múltiples medios de comunicación en todo el mundo (entre ellos los de nuestro país), puede tener implicaciones claves a la hora de entender ciertos trabajos sobre protección miocárdica y podría representar, mediada por ciertas hormonas (niveles de catecolaminas, cortisol circulante, etc.) una variante espontánea de cardioprotección.
Sin duda, este trabajo, justifica la realización de nuevos estudios dirigidos en este sentido, como el Registro Clock, que busca analizar de manera prospectiva la influencia circadiana y otros ensayos en el campo de la cardioprotección, que analiza la actividad y seguridad del metroprolol administrado de manera precoz en el seno de IAMEST, y que actualmente se está llevando a cabo en nuestro medio, apadrinados por el CNIC, de mano del Dr. Ibañez y colaboradores.
Referencia
Circadian Variations of Infarct Size in Acute Myocardial Infarction
- Aida Suárez-Barrientos, Pedro López-Romero, David Vivas, Francisco Castro-Ferreira, Iván Núñez-Gil, Eduardo Franco, Borja Ruiz-Mateos, Juan Carlos García-Rubira, Antonio Fernández-Ortiz, Carlos Macaya y Borja Ibánez.
- Heart doi:10.1136/hrt.2010.212621.