Este es el resultado de un ambicioso estudio realizado a nivel nacional en Dinamarca en el que se evaluó la asociación entre el tratamiento con AINEs y la aparición de nuevos problemas cardiovasculares en pacientes con infarto de miocardio (IAM) previo.
Aunque (en general) el tratamiento con AINEs está desaconsejado en pacientes con infarto de miocardio previo, lo cierto es que muchos pacientes acaban recibiéndolo al menos durante un corto periodo de tiempo. Por esta razón, los autores se plantearon como objetivo evaluar qué ocurre realmente en pacientes con infarto previo que reciben tratamiento con AINEs. Para ello, emplearon las bases del sistema nacional de salud de Dinamarca para primero, identificar a nivel nacional a través del registro de ingresos hospitalarios a todos los pacientes con una edad superior a 30 años que fueron admitidos por su primer infarto de miocardio entre 1997 y 2007, segundo, encontrar con los registros de dispensación de medicamentos en las farmacias a aquellos que tomaron en algún momento AINEs y, tercero, dar con los pacientes que fallecieron o tuvieron un infarto no mortal durante el periodo de seguimiento. Finalmente, tras el análisis estadístico, calcularon la tasa de incidencia de eventos para cada 1.000 personas-año.
Entre los 83.677 pacientes incluidos, un 42,3% tuvo en algún momento tratamiento con AINEs durante el seguimiento. Los pacientes que tomaron AINEs tuvieron un riesgo significativamente aumentado de presentar eventos (muerte o reinfarto, RR 1,45, IC 95% 1,29 a 1,62) al inicio del tratamiento, riesgo que permaneció aumentado durante toda la duración del tratamiento con AINEs (RR 1,55 tras los primeros 90 días). Se analizó también de forma individual el riesgo asociado a cada tipo específico de AINE, comprobando que el diclofenaco fue el fármaco que se asoció con un mayor riesgo de eventos (RR 3,26 en la primera semana de tratamiento).
Comentario
No hace mucho tiempo que la relación entre AINEs y eventos cardiovasculares hizo correr ríos de tinta tanto en las revistas especializadas como en la prensa diaria y sacó a un buen montón de "coxibs" del mercado. Las guías de actuación clínica vigentes desaconsejan el empleo de AINEs en pacientes con enfermedad cardiovascular establecida; sin embargo el campo de aplicación de estos fármacos es inmenso, por lo que muchos pacientes acaban tomándolos; en estos casos se recomienda que el tratamiento con AINEs sea lo más breve posible.
Los autores de nuestro estudio de hoy se aprovecharon de la inmensa potencia de los registros de salud vigentes en Dinamarca (que la verdad dan bastante envidia) para encontrar a todos los pacientes a nivel nacional que tomaron AINEs después de haber padecido su primer infarto y evaluar la aparición de nuevos eventos cardiovasculares en comparación con los pacientes que no los tomaron. Los resultados son bastante claros; todos los medicamentos valorados (rofecoxib, celecoxib, ibuprofeno, diclofenaco, naproxeno) se asociaron a un aumento significativo de la incidencia de nuevos problemas cardiacos tanto durante la primera semana como a lo largo de todo el tratamiento (con un riesgo mayor para el diclofenaco en relación al resto de fármacos del grupo). Aunque el estudio, por ser observacional, tiene limitaciones (no se pudo valorar de forma precisa la cantidad del fármaco tomada, no se pudo evaluar el impacto de otros factores de riesgo cardiovascular o la existencia de comorbilidad asociada), también tiene puntos positivos claros (mide eventos duros como muerte o infarto, está libre de sesgos de selección al incluir a todos los pacientes del país) y es una nueva llamada a la precaución a la hora de indicar un AINE a un paciente con cardiopatía previa.
Referencia
- Schjerning Olsen AM, Fosbøl EL, Lindhardsen J, Folke F, Charlot M, Selmer C, Lamberts M, Bjerring Olesen J, Køber L, Hansen PR, Torp-Pedersen C, y Gislason GH.
- Circulation. 2011;123:2226-35.